De una maternal Charlène con look rosa a la visita de Alberto de Mónaco en Cantabria

La agenda real de los príncipes de Mónaco está a rebosar este fin de semana. Mientras Chàrlene visitó el viernes pasado el ala de maternidad del centro hospitalario Princess Grace, su marido, Alberto II, viajó a España para conocer el arte rupestre de uno de sus antepasados.

La soberana de Mónaco acude todos los años, con motivo del Día de la Madre en su país, a felicitar y conversar con los padres primerizos que se encuentran en el hospital. Es una tradición que mantiene como vicepresidenta de la Cruz Roja en su país. Durante su visita, Chàrlene paseó por los pasillos y entró en algunas de las habitaciones donde las madres estaban dando el pecho a sus recién nacidos.

Unas estancias que no son desconocidas para la royal. En esa ala de maternidad dio a luz a sus gemelos, el príncipe heredero Jacques y la princesa Gabriella, en diciembre de 2014. Pero no fueron los únicos, pues este centro mantiene unos fuertes lazos con la familia real monegasca, ya que la mayoría de sus miembros han nacido allí. De hecho, fue el Príncipe Alberto I quien fundó el hospital en 1902.

Para la ocasión, Chàrlene ha optado por un traje de pantalón y chaqueta rosa empolvado de Ralph Lauren, a juego con los delantales del personal sanitario. La chaqueta es de corte clásico, con solapas y botones, y el pantalón está diseñado con un estilo recto, ajustado a la cintura y largo hasta el tobillo. Completa el estilismo con una blusa blanca, que se asoma discretamente bajo la chaqueta, y unos zapatos de tacón en color nude, que complementan la tonalidad suave del look.

Por su parte, Alberto II ha viajado hasta Cantabria para conocer en primera persona algunas de sus históricas pinturas. El soberano ha inaugurado la exposición temporal 'Alberto I, el príncipe de la prehistoria', dedicada a su tatarabuelo, en el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo. Un trabajo que se ha realizado con la colaboración entre el Principado de Mónaco y el Gobierno de Cantabria.

En la exhibición se puede conocer el papel del pariente del actual Alberto como promotor de la investigación en las cuevas cántabras en las primeras décadas del siglo XX. El príncipe ha destapado una placa conmemorativa del acto y luego ha paseado por las instalaciones donde se conservan los documentos de las visitas y el mecenazgo de su antepasado en Altamira, Covalanas, La Pasiega y El Castillo entre 1909 y 1914.

Tras el acto oficial, el príncipe se ha quedado a una visita guiada por el resto de las exposiciones. Un recinto que le es familiar, dado que es la tercera vez que visita las tierras cántabras. La última de ellas ocurrió en 2022, cuando acudió a las cuevas de Monte Castillo para conocer sus últimas adquisiciones. Pero el amor del royal por la arqueología, y sobre todo la española, no acaba aquí. Su afición le ha llevado, en anteriores ocasiones, hasta el Museo de la Evolución de Burgos y Atapuerca.