Dos vestidos de novia de alta costura, zapatos planos y una tiara con mensaje: los secretos de estilo de Rajwa de Jordania en su boda

Hace un año, el 1 de junio de 2023, toda la atención mediática estaba puesta en Jordania. Allí, el príncipe Hussein, el heredero al trono, y Rajwa Al Saif, una joven arquitecta saudí, contrajeron matrimonio. Divida en dos actos, primero, la ceremonia religiosa en el palacio Zahran de Amán bajo la atenta mirada de 140 invitados, entre los que estaban gran parte de la realeza europea (desde los príncipes Guillermo y Kate Middleton, pasando por los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, o nuestros Reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía), y después, una celebración por todo lo alto y más de 1.000 asistentes en el palacio de Al Husseiniya, la suya fue la gran boda royal de la temporada.

Cuando se cumple el primer aniversario del enlace y a punto de convertirse en padres por primera vez, tal y como informó la Corte Real Hachemita el matrimonio dará la bienvenida a su hijo este verano, queremos desvelar qué secretos escondían los looks nupciales que Rajwa escogió para convertirse en princesa.

Con el objetivo de pasar a la historia y engordar ese exclusivo listado de mujeres royals con vestidos de novia inolvidables, y al tiempo, ser fiel a su personalidad de estilo, la por entonces prometida del príncipe Hussein llevó dos trajes de alta costura, zapatos planos, una tiara con mensaje y otros detalles de moda.

Los reyes Abdalá y Rania fueron los encargados de recibir uno a uno a los 140 invitados que iban llegando al palacio Zahran de Amán. Cuando todos estaban ubicados en sus sitios, entró en escena la novia. Rajwa llegó del brazo del príncipe Hashem, el hijo pequeño de los reyes y el designado para acompañarla al altar al encuentro con el heredero al trono. Al tiempo, quedó expuesto el gran secreto de toda boda: su primer vestido de novia.

Elie Saab, una de las marcas de cabecera en el fondo de armario de Rania de Jordania, firmaba su traje. Protagonizado por un original escote drapeado y una falda recta con cola bordada, pronto se supo que el diseño estaba inspirado en un modelo vintage del libanés. No uno cualquiera, uno que años atrás lució la madre del príncipe Hussein en acabado dorado. Con algunas transformaciones con respecto al original y adaptado para cumplir con el 'dress code' nupcial, Elie Saab firmó un atuendo de novia que estaba a la altura.

Fabricado con un material de crepé con acabado mate, la parte superior del modelo presenta las hombreras marcadas, manga larga ceñida y como decimos, un original escote asimétrico con costuras drapeadas por todo el corte. Una vez finiquitados esos plisados que moldeaban el torso de la novia, daba comienzo una falda recta con abertura trasera. Como colofón, el libanés decoró la espalda y la cola con flores en relieve cortadas al bies, las mismas que también se bordaron en el velo.

Por encima de cualquier rasgo del diseño, sorprendió ver a la novia con zapatos planos. Para dar los últimos pasos como mujer soltera y los primeros como casada, la joven saudí se calzó las populares y tradicionales babuchas. De color blanco, acabadas en punta, destalonadas y con dos tiras, una en la pala y otra que recogía los talones, el calzado quedaba completamente a ras de suelo. Otro signo de su fuerte personalidad de estilo.

El ramo, muy pequeño y discreto, pasó desapercibido con respecto al resto de accesorios. Rajwa llevó un pequeño bouquet silvestre en dos tonos, flores blancas, en concreto iris, y vegetación verde.

Las joyas, las únicas piezas que mantuvo entre el primer estilismo de novia y el segundo, pusieron el broche de oro. Manteniendo una vez esa máxima de demostrar su personalidad, la princesa escogió una tiara y unos pendientes personalizados de la firma francesa Fred Jewerly. En el caso de la tiara, además, sumó un mensaje. Fabricada en oro blanco y engarzada con diamantes, en su lateral se recrea una frase en caracteres árabes en la que se podía leer 'Rajwa min Allah', que traducido al castellano significaba 'Esperanza en Dios'.

Otra creación de la joyería francesa que causó sensación fueron los pendientes: largos, dobles y de inspiración vanguardista, un par alejado de las clásicas joyas para novias de la realeza y que, en la práctica, elevaron la belleza natural de la novia.

Convertidos en marido y mujer, los recién casados cambiaron de escenario para recibir a sus más de 1.000 invitados en el palacio de Al Husseiniya. Como era de esperar, la novia colgó la creación de Elie Saab para enfundarse en un segundo vestido. Alejado en forma y en estilo al primero, para sorpresa de los allí congregados, Rajwa al Saif apostó por un diseño de Dolce & Gabbana con guantes opera.

Confeccionado con diferentes materiales, una base de crepé y una capa superior de organza, del diseño llamó la atención los infinitos bordados en 3D que salpican todo el corte de arriba a abajo. Rosetones, formas geométricas y motivos bucólicos también en blanco que, a pesar de compartir tono, destacaban por su volumen. En cuanto al patrón de este segundo vestido nupcial de Rajwa, señalar que presentaba un escote en pico, manga corta, cintura ceñida y de ahí una descomunal falda con cola de varios metros. Descomunal por las dimensiones y por la magnitud de la pieza. Una obra de alta costura creada por la pareja de modistos italianos que implicó un patronaje impecable y una confección exquisita fusionadas en un todo para conseguir un modelo llamativo y capaz de conquistar cualquier escenario.