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Entramos en las tripas de APRAMP, el proyecto que enamoró a la reina Letizia: "Lo tuvo claro desde el principio"
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Entramos en las tripas de APRAMP, el proyecto que enamoró a la reina Letizia: "Lo tuvo claro desde el principio"

Hace justo dos años, la reina Letizia dio, a través de su vestuario, visibilidad a APRAMP y evidenció cuál era su posición contra la trata. Pero era la punta del iceberg del trabajo que hace con esta asociación

Foto: Un detalle del escaparate de la escuela-taller de moda de APRAMP.
Un detalle del escaparate de la escuela-taller de moda de APRAMP.

Imaginen que son personas con una vida llamémosle 'normal'. Con un trabajo, con una familia. Y un día alguien decide que su libertad no vale nada. Ni su salud física y mental. Ni su dignidad. Pues este es el rasgo común de las miles de mujeres con las que trabaja APRAMP, el proyecto que enamoró a la reina Letizia hace ya 15 años y con el que sigue trabajando estrechamente, dándole visibilidad de varias formas.

Vanitatis ha podido entrar en las tripas de APRAMP, por lo que vamos a intentar, un poco más adelante, acercar al lector a todo el trabajo que hacen, que les aseguramos que es mucho. Pero también hemos tenido el privilegio de conocer en primera persona las historias de dos mujeres que pudieron escapar de un mundo de prostitución, explotación, secuestro y coacción gracias a las trabajadoras de la asociación. Una salvación que ahora las supervivientes están devolviendo.

No es fácil contar una historia así de dura. Les aseguro que en muchos momentos nos costaba -autora de este artículo incluida- continuar la entrevista sin que se nos saltaran las lágrimas. Nuestras protagonistas son Carmen y Valeria, dos nombres ficticios elegidos por ellas mismas para preservar su intimidad, algo de lo que ahora sí que son dueñas.

placeholder Interior de la escuela-taller de moda de APRAMP. (M. G. O.)
Interior de la escuela-taller de moda de APRAMP. (M. G. O.)

Carmen está casada. Tiene dos hijos y era bioanalista en República Dominicana antes de que la vida le cambiara: "Fui engañada con una falsa oferta laboral para venir aquí a España a trabajar y fui trasladada por diferentes países, empezando por Turquía, continuando con Grecia y por otros países. Fui violada, golpeada, maltratada... Y fui obligada también a ejercer la prostitución", nos cuenta.

"Fueron seis meses por esos lugares en los que no tuve contacto ninguno con mis familiares, me daban por perdida. Hasta que llegué aquí, porque mi destino final se supone que era España. Y cuando llegué, tuve la oportunidad de escaparme. Cuando la Guardia Civil me encontró, me pusieron en contacto con la asociación porque ellas me podían ayudar. Tenía que contarles todo mi proceso, todo lo que me había pasado", continúa.

"Con APRAMP tuve la posibilidad de poder denunciar. Me ayudaron mucho en mi proceso, desde la denuncia a la ayuda psicológica, que necesité bastante. Porque tuve que curarme completamente antes de empezar una nueva vida. Y fueron muchos meses, casi un año lo que tardé en poder establecerme un poco. Después, empezó el proceso de la documentación y la formación para dar la oportunidad a otras chicas de poder tener la ayuda que necesitan".

Carmen lo ha resumido mucho, pero no fue un proceso corto, ni desde luego fácil. Ella misma confiesa cuánto le costó "curarse" para poder estar en la posición de salvar a otras chicas en la misma situación que sufrió ella: "Yo siento que estoy curada, aunque pueda venirme alguna que otra vez el pensamiento, incluso sueños, de lo que he pasado. Han sido cosas bastante duras y, hagamos lo que hagamos, nunca lo vamos a olvidar. Pero sí me siento bastante bien, me siento curada y me siento en disposición de poder ayudar a otras mujeres", nos dice.

placeholder Carmen escucha por primera vez el testimonio de su amiga y compañera Valeria. (M. G. O.)
Carmen escucha por primera vez el testimonio de su amiga y compañera Valeria. (M. G. O.)

Y hay algo que a Carmen también le costó mucho recuperar: la confianza en sí misma, pero también en los demás. En su caso, había dejado a su marido en República Dominicana, un factor muy importante a la hora de afrontar la nueva vida que quería comenzar: "Para poder sanarme, tuve que hablar con él, contarle todo lo que me pasó. Entonces él también me apoyó, que eso influyó mucho. Me sentí apoyada, me sentí bien, pero yo sé que tal vez no a todo el mundo le vaya a pasar lo mismo, porque es un poco difícil de entender".

Ahora, Carmen tiene un contrato de trabajo, una casa donde vivir y a su marido y sus dos hijos junto a ella. Es capaz de resumir su vida actual con una palabra: "Realizada. Me siento realizada porque he ganado y he logrado muchas cosas. A base de mi esfuerzo, de mi trabajo, de mi empeño he logrado por lo menos no estar sola. Nunca lo he estado, porque para mí APRAMP es como una familia, pero no es la familia de sangre. Ahora me siento más realizada, me siento muchísimo mejor".

Pasamos ahora a la segunda de nuestras protagonistas, con una "historia diferente pero con un mismo final", como ella misma adelanta al hablar con nosotros. Se llama Valeria y también su país de origen es la República Dominicana. Otra vez, la perspectiva de un futuro mejor para ella y su familia hizo que alguien creyera que le podía desposeer de su voz y su libertad.

"Yo tomé la decisión de venir a España por motivos diferentes, principalmente para separarme de mi familia, donde se había vivido una situación de abuso sexual. Pensaba que iba a llegar a España, conseguir un trabajo y enseguida mandar dinero a mi familia y traerme a mis hijos. Todo un mundo en la cabeza. Llegué en pleno verano y todo fue muy diferente: no encontraba trabajo, no tenía alternativa, no conocía mis derechos, no sabía nada", nos cuenta. Varios ingredientes para hacer que cayera en el mundo de la prostitución.

placeholder Valeria y Carmen, en un momento de la entrevista. (M. G. O.)
Valeria y Carmen, en un momento de la entrevista. (M. G. O.)

"Me captaron, me invitaron a ir allí. Por la vulnerabilidad y la necesidad que estaba pasando, acepté. Entré con un porcentaje del 50-50 que después se convirtió en un 90-10. Y ahí entramos también en el tema de la drogodependencia: cuando me tocaba entrar con un cliente que se colocaba, a mí me tocaba colocarme. Si no me colocaba, me echaban". Así comienza un crudo relato que deriva en lo que podemos llamar, con todas las letras, secuestro.

"Después viene lo de darles la documentación con la excusa de que si salía a comprar algo, la policía no me pillase, no supiera quién era. Llega luego un punto que no puedes salir a comprar nada de comer, no te dejan salir. Se apoderan de tu vida, de tu mente. Y ahí caes en ese mundo donde no te sientes nada. Era una situación en la que me sentí muy poco como mujer, como ser humano, me sentí fatal...".

Pero, como hemos dicho, la historia de Valeria también tiene un final feliz: "Entonces conocí al equipo de mediadoras de la unidad móvil de APRAMP. Me habló un poco por encima de lo que podía hacer y en cuanto tuve la oportunidad y toqué fondo, me escapé. Lo primero que hice fue llamar a la asociación para pedir un trabajo, no que me curaran. En mi mente yo estaba bien. Me dijeron que sí, que me pasara por el centro. Y ese día fue el más importante de toda mi vida. Porque la Valeria que salió de Santo Domingo es muy diferente a la que soy hoy en día. Hoy por primera vez puedo hablar sin miedo".

Como a Carmen, le ha costado mucho recuperar la confianza. No solo en el resto de las personas -en su caso, su explotadora era una mujer-, sino en sí misma. El primer paso fue recuperar la autoestima y concienciarse de que ella no era la culpable de lo que le había pasado, sino una víctima más de las miles que se captan cada día.

placeholder Un detalle de Carmen mientras narra su historia. (M. G. O.)
Un detalle de Carmen mientras narra su historia. (M. G. O.)

Y para poder llegar a estos finales felices, indispensable el trabajo de APRAMP y sobre todo de las mediadoras, supervivientes que han sufrido, como ellas, la trata, y que se encargan de contactar con otras chicas víctimas para intentar salvarlas. Y las cifras no mienten: solo el año pasado, fueron 10.000 mujeres informadas y de ellas, casi 3.000 recibieron una atención integral. Es decir, APRAMP consiguió que salieran de la prostitución y que comenzaran una nueva vida, con un contrato de trabajo y, en el caso de las extranjeras, permiso de residencia.

En este paso, mujeres renacidas como Carmen y Valeria son fundamentales. Son ellas las que se desnudan emocionalmente para llegar a víctimas de explotación. "Si yo pude, tú puedes", es el mantra de Valeria, lo que intenta transmitir a cada una de las chicas con las que contacta. "Lo primero que hacemos es intentar ganarnos la confianza de esa chica", nos cuenta Carmen.

"Para eso hacemos las visitas que hagan falta: una, dos tres, cuatro... las que sean para poder hablar con ellas, que cojan confianza. Tenemos un convenio con un centro médico al que derivamos a las chicas. Usamos ese pretexto para poder hablar con ella fuera del entorno de la explotación, porque muchas veces cuando están dentro de ese entorno están pendientes de otras cosas y hay, sobre todo, miedo al proxeneta, al chulo", nos dice.

"Le transmitimos esto, que nosotros también le decimos: 'nosotros estuvimos ahí, de ese lado'", nos dice Valeria. Y lo mejor de escucharlas a las dos es que brillan sus ojos por la ilusión de una nueva vida. Y tienen un deseo común: que se acabe la trata.

placeholder Beatriz Sevilla, trabajadora social, y Rocío Mora, directora de APRAMP. (M. G. O.)
Beatriz Sevilla, trabajadora social, y Rocío Mora, directora de APRAMP. (M. G. O.)

Pero para eso hacen falta muchos esfuerzos. Entramos ya en un terreno más institucional para hablar con Rocío Mora, directora de APRAMP y Beatriz Sevilla, una de las trabajadoras sociales, que nos cuentan todo lo que falta por hacer: "Nos queda tener un marco legal. Y creo que hemos trabajado muchísimo. De 15 años a esta parte hemos conseguido que se posicionen muchísimos ministerios, ministerios que hoy están luchando para que no exista la explotación de seres humanos, en concreto de mujeres y de niñas. Eso a mí me parece que es fundamental. Incluso que los gobiernos que han ido pasando en todos estos 40 años se hayan posicionado a nuestro lado y se han posicionado para trabajar y para que el Estado español no se conozca por ser el prostíbulo de Europa, sino que se conozca por todo lo contrario. Y lo que tiene que cambiar no es el Estado ni la gente que está luchando, sino la propia sociedad", sentencia Rocío.

"El daño que se produce cuando durante años te han estado explotando es un daño que no es solo psicológico, sino que llega a ser psiquiátrico. Hay que hablar de qué secuelas tienen las personas que de manera continua y reiterada han estado en una situación de violencia. Cuando estamos hablando de violencia de género, ya el Estado español tiene una visión muy clara de que la trata y la explotación son una forma más de violencia contra las mujeres. Por tanto, y siguiendo las pautas que el Estado ha dado, hay que luchar y hay que pedir, en esa justa medida, que ese pacto de Estado se desarrolle. Hay un montón de mujeres que están siendo absolutamente destrozadas y que incluso acaban sin vida. Y eso lo provocamos todas las personas que no miramos de frente".

Y eso nos lleva a una de las personas que ha mirado de frente el delito que supone la explotación sexual. Hace ya 15 años, siendo aún Princesa de Asturias, doña Letizia comenzó a trabajar mano a mano con esta asociación. Ha sido la primera royal europea en posicionarse de forma clara contra la trata, a la que considera la "peor forma de violencia hacia la mujer", y la ha integrado completamente en su agenda, lo que ha supuesto para APRAMP un empujón mediático importante.

placeholder La tienda solidaria de APRAMP, el último paso de la escuela de moda. (M. G. O.)
La tienda solidaria de APRAMP, el último paso de la escuela de moda. (M. G. O.)

"El que estemos en una agenda que ha sido elaborada por ella misma es algo importantísimo", nos dice Rocío Mora sobre la implicación de la Reina. "No estamos hablando de algo fácil, estamos hablando de un crimen organizado, estamos hablando de redes organizadas, estamos hablando de una forma de violencia muy invisibilizada que empieza a tener mucha más importancia. Y eso ha sido gracias a ponerlo en agenda. La visibilidad es para que todo el mundo entienda qué trabajo haces, para que haya un posicionamiento muy claro y no exista un debate. Y eso ella lo entendió desde el principio, no tuvo ninguna duda".

El dato que más impactó a doña Letizia es demoledor: España es el primer país en Europa consumidor de prostitución y el tercero de todo el mundo. "Somos atención integral porque la mayoría de las mujeres se quieren quedar en España. Pero para tener una vida en libertad y con dignidad tienen que tener un empleo. Por eso, las alternativas son fundamentales".

Y una de esas alternativas es la escuela de moda y el taller solidario. Es solo la punta del iceberg de todo el trabajo que hace APRAMP, pero es la más conocida gracias, precisamente, a la reina Letizia.

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placeholder Detalles del taller. (M. G. O.)
Detalles del taller. (M. G. O.)

Si son lectores habituales de Vanitatis, sabrán que nada de lo que la esposa del rey Felipe VI luce es casualidad. Leer titulares sobre su ropa, mucho más abundantes que sobre su trabajo, no era ni es su afición favorita. Pero resignada a que se siguiera hablando de sus looks, dio la vuelta a la situación y la utilizó en su favor. Bien para dar a conocer marcas pequeñas, bien para dar protagonismo al objetivo del compromiso público para el que escoge según qué ropa, o bien, como en este caso, para dar visibilidad a una causa.

Y aunque llevaba 12 años trabajando con APRAMP, el 2 de junio de 2021 supuso un antes y un después en su relación. Ese día, la reina Letizia llevó un diseño de Ulises Mérida confeccionado por las mujeres que trabajan en el taller solidario de la asociación. Es solo una de las muchas salidas laborales que tienen tras recibir formación integral, gracias a los acuerdos que tienen con varias grandes empresas como el Banco Santander o la cadena de hoteles NH. Pero el taller es, a día de hoy, la salida que más se conoce para todas estas chicas gracias, precisamente, a la reina Letizia y a ese vestido gris con el que evidenciaba su posicionamiento.

Aunque son frecuentes las reuniones, las llamadas de trabajo con Rocío Mora y su equipo, la reina Letizia tuvo claro cuál era la vía para que el gran público conociera a APRAMP. Y esa vía era su ropa, ya que sabía perfectamente que un vestido confeccionado por las trabajadoras del taller de la asociación generaría muchísimos titulares. Objetivo conseguido. No solo con esa prenda, sino también con las que se ha puesto a continuación, que han salido del mismo sitio.

placeholder Detalles de patronaje de la famosa chaqueta roja que recientemente luciera la Reina. (M. G. O.)
Detalles de patronaje de la famosa chaqueta roja que recientemente luciera la Reina. (M. G. O.)

Hablamos de la blusa de flores que llevó un año después en el Palacio de la Zarzuela para una reunión de la Fundación Princesa de Girona, de una chaqueta de tweed que lució en una visita, precisamente a APRAMP, el pasado enero, o de la chaqueta roja a la que echó el ojo ese mismo día y que lució hace algo más de dos meses, durante la entrega de los premios de la Fundación Mutua Madrileña.

Todas estas prendas han sido confeccionadas en el taller solidario de la asociación y están a la venta, aunque también estas costureras tan especiales y supervivientes se encargan de arreglar y modificar lo que quieran llevar al taller. Como aliciente, les aseguramos que los precios son más que asequibles y las telas que utilizan para confeccionar sus diseños son de primera calidad y donadas por grandes marcas, como Mirto o El Corte Inglés.

Aunque se haya hablado más en los últimos años (otra vez gracias a la reina Letizia) del taller de APRAMP, llevan 20 años trabajando. Según nos cuenta Rocío, empezaron solo con la formación con distintos monitores. Más tarde dieron el paso de comercializar lo que hacían. Contactaron con los diseñadores de la zona para que supieran qué labor llevaban a cabo y darles la oportunidad de que participaran en sus colecciones y pusieran así un sello a la lucha contra la trata.

"Hace más de ocho años empezamos a colaborar de manera permanente con un montón de diseñadores a gran escala. Y el desfile que nos posicionó fue el de Ulises Mérida en la Fashion Week. En plena pandemia empezamos a tener más visibilidad porque empezamos a confeccionar un montón de mascarillas. En paralelo, empezamos a crecer y en este último año ha nacido Con Alma de APRAMP. Nuestra idea es tener una marca propia, una marca en la que las supervivientes hayan pensado y hayan hecho el patrón", cuenta Rocío Mora.

placeholder Todas las prendas confeccionadas en el taller están a la venta. (M. G. O.)
Todas las prendas confeccionadas en el taller están a la venta. (M. G. O.)
placeholder Detalle de una de las trabajadoras en el taller. (M. G. O.)
Detalle de una de las trabajadoras en el taller. (M. G. O.)

Un objetivo para el que ya han dado los primeros pasos, haciendo los primeros diseños propios, creando su logo... "Es algo que están liderando ellas. Está siendo muy enriquecedor y de muchísimo éxito", dice Rocío.

Son telas recicladas, apuntándose así a la moda sostenible que también tanto le gusta a doña Letizia y con las que han creado más de 30 diseños originales. Todos ellos están a la venta en la calle Ballesta, con precios al alcance de todos los bolsillos.

Si ya el hecho de que sean sostenibles, que sus telas sean de primera calidad y de que sus beneficios van íntegros para la integración y formación de las mujeres víctimas de trata no es suficiente, piensen que son diseños de auténticas supervivientes, de mujeres que ahora tienen una nueva vida gracias a APRAMP, el proyecto al que la Reina miró de frente hace ya 15 años y al que no ha soltado de la mano.

Imaginen que son personas con una vida llamémosle 'normal'. Con un trabajo, con una familia. Y un día alguien decide que su libertad no vale nada. Ni su salud física y mental. Ni su dignidad. Pues este es el rasgo común de las miles de mujeres con las que trabaja APRAMP, el proyecto que enamoró a la reina Letizia hace ya 15 años y con el que sigue trabajando estrechamente, dándole visibilidad de varias formas.

Reina Letizia