Quién es Guillermo de Luxemburgo, el hijo músico y deportista heredero del Gran Ducado de Enrique

Con el reciente traspaso de funciones del gran duque Enrique, Luxemburgo se prepara para dar la bienvenida al nuevo representante de la insttitución: su hijo Guillermo. Este cambio en la Corona marca un nuevo capítulo en la historia del Gran Ducado. El primogénito de Enrique y María Teresa se convierte así en el heredero que tomará las riendas del pequeño pero influyente país europeo y aquí te explicamos quién es.

Guillermo nació el 11 de noviembre de 1981 y, a sus 42 años, es el mayor de cinco hermanos. Su linaje es una mezcla de nobleza europea y sangre cubana.

Por parte de su padre, desciende de familias reales de Países Bajos, Bélgica, Suecia, Austria, Liechtenstein, España y Portugal. Esta rica herencia genética le ha proporcionado una perspectiva única y una red de conexiones reales en toda Europa.

Por el lado materno, hereda las raíces cubanas. María Teresa proviene de una familia rica con negocios en Sudamérica, Estados Unidos y Suiza.

Desde muy joven, y como todos los herederos, Guillermo se ha estado preparado para asumir el trono. Fue educado en instituciones prestigiosas y ha recibido una formación integral que abarca tanto aspectos estudiantiles como habilidades de liderazgo.

De la misma forma que Leonor en España, el hasta ahora príncipe de Luxemburgo posee una base académica y una instrucción militar que va a ser fundamental para su desarrollo como Gran Duque. La primera parte la aprendió en la Universidad de Angers, en Francia, donde estudió Ciencias Políticas. La segunda en la Real Academia Militar de Sandhurst, en Reino Unido.

Guillermo se casó con Stéphanie de Lannoy, hija menor del conde Felipe y Alix della Faille, en una ceremonia religiosa el 20 de octubre de 2012. La catedral Santa María de Luxemburgo fue el escenario de un día tan especial para la familia real. Ahora la pareja reside en el majestuoso castillo de Berg y tiene dos hijos.

El primogénito, el príncipe Charles, nació en un momento complicado para el Gran Ducado y no solo porque lo hiciera en 2020, en plena pandemia. Su presencia fue un soplo de aire fresco, ya que llegó tras la publicación del informe Waringo, sobre las cuentas reales, y varias filtraciones que hablaban del carácter dictatorial de María Teresa con los trabajadores de palacio.

Tres años más tarde, la alegría se volvía a repetir. La pareja daba la bienvenida a su segundo hijo, el príncipe François. Así crecía esta joven familia y se aseguraban el futuro y estabilidad de la monarquía luxemburguesa.

Los intereses personales de Guillermo le han preparado bien para su futuro papel como gran duque. Es un amante de la música, tanto moderna como clásica, y toca el violín y la guitarra, talento que comparte con su madre. Se dice que el príncipe encuentra en ella "una forma de relajación y expresión personal".

Esta pasión por el arte ha sido una constante en su vida. Disfruta leyendo libros de historia, lo que le permite tener una visión profunda y contextualizada de los eventos actuales y las lecciones del pasado.

Pero lo valiente no quita lo cortés. En el ámbito deportivo, el hijo de Enrique de Luxemburgo es un seguidor acérrimo del tenis, la natación y el esquí. Estas actividades no solo le mantienen en forma, sino que también le brindan una oportunidad para conectar con la naturaleza y desestresarse de sus responsabilidades oficiales. A menudo se le ha visto participando en eventos deportivos locales y apoyando iniciativas que promueven un estilo de vida saludable.

Guillermo también ha demostrado un fuerte compromiso con su país a través de su trabajo en varias organizaciones benéficas y económicas. Es parte del consejo de administración de la Fundación Kräizbierg, que ayuda a personas discapacitadas, y se desempeña como presidente de honor del Consejo de Desarrollo Económico de Luxemburgo. Bajo su liderazgo, estas organizaciones han podido expandir sus actividades y aumentar su impacto positivo en la sociedad luxemburguesa.

El pueblo luxemburgués espera con intriga ver cómo Guillermo imprimirá su propio estilo en la monarquía. La idea es sea capaz de aunar al mismo tiempo los valores y la dignidad que han caracterizado a la familia ducal durante generaciones con el progreso. La expectación es alta y hay una sensación generalizada de optimismo y confianza en que Guillermo guiará a Luxemburgo hacia la apertura y la innovación.