El padre de Kate Middleton cumple 75: todo lo que no sabes de Michael Middleton, pilar fundamental de su hija

Los padres de Kate Middleton, Carole y Michael Middleton, han protagonizado una de las imágenes de la semana al realizar su primera aparición pública desde que se dio a conocer el diagnóstico de cáncer de su hija Kate.

Lo hicieron al acudir al prestigioso evento Royal Ascot, donde se mostraron relajados y de buen humor, y pocos días antes de que el padre de la princesa de Gales cumpliera los 75 años que celebra este domingo 23 de junio.

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Núria Tiburcio

El papel del progenitor de la esposa del príncipe Guillermo, al igual que el de su esposa Carole, ha sido fundamental durante estos meses convulsos marcados por la enfermedad de Kate Middleton. Siempre discretos y en un segundo plano, han sido catalogados por los expertos en realeza de su país como “los héroes anónimos” de este complicado periodo que atraviesa la familia real, en el que han ayudado a su hija en todo lo que ha hecho falta.

Carole Middleton siempre ha acaparado más los focos que su marido, pero aunque Michael Middleton suele quedarse en un segundo plano ante su mujer, siempre ha sido una figura clave y estabilizadora en la vida de su hija tanto durante su noviazgo con el hijo del hoy rey Carlos III como a lo largo de todo su matrimonio.

Presente estuvo en la rueda de prensa que el príncipe Guillermo y Kate Middleton dieron cuando anunciaron su compromiso de boda; del brazo acompañó a la princesa de Gales al altar; y de los primeros fue Michael, junto a Carole, para acercarse al hospital en cada uno de los nacimientos de sus nietos.

Michael Middleton nació en 1949, en Leeds. Procedente de una familia con antecedentes aristocráticos, sus padres fueron el capitán Peter Middleton y Valerie Glassborow, que sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial, él como piloto de la Royal Air Force y ella como descifradora de códigos y enfermera voluntaria.

El suegro del príncipe Guillermo estudió en Clifton College, un internado de Bristol, antes de graduarse en la Universidad de Surrey.

Quiso seguir los pasos de su padre, convertirse en piloto y estudiar en la escuela de vuelo de British European Airways, donde terminó formando parte de la tripulación de tierra. Allí fue donde conoció a su futura esposa, Carole Goldsmith, que era azafata y con la que se casó el 21 de junio de 1980 en la Iglesia de St. James, en Buckinghamshire.

Dos años después, en 1982, ambos dieron la bienvenida a su primera hija, Catherine Middleton. En 1983 nacería su segunda hija, Pippa Middleton.

En 1984, Michael Middleton se mudó con su familia a Amman, Jordania, por motivos laborales. Fue en 1987 cuando todos regresaron a Reino Unido, donde nació su hijo menor, James.

Ya en su país, Carole fundó, ese mismo año, Party Pieces, una empresa de venta de artículos y elementos decorativos para fiestas. Ella y Michael lograron que este pequeño negocio familiar creciera hasta lograr situarse en el mercado con ganancias millonarias.

Su duro trabajo y sus aciertos comerciales permitieron a Michael y a su esposa subir peldaños en la escala social. Pudieron matricular a sus tres hijos, Kate, Pippa y James, en el Marlborough College, una institución educativa solo apta para familias con un enorme poder adquisitivo (la matrícula ronda los 50.000 euros anuales). También se pudieron permitir universidades elitistas, como la de St. Andrews, en Escocia, donde su hija Kate conoció al príncipe Guillermo.

En 2012 adquirieron la gran casa familiar en la que viven, una mansión señorial de estilo Tudor en Bucklebury, Berkshire, valorada en 4.700.000 euros. La vivienda, conocida como Bucklebury Manor, posee dos salas de estar, ambas con chimenea, siete habitaciones, un porche acristalado, una enorme biblioteca, varios cuartos de baño, piscina y pista de tenis. Ha sido escenario de algunos de los momentos más importantes de la familia, como la celebración del enlace de Pippay James Mathews o los primeros días de vida del príncipe George, cuando los duques de Cambridge decidieron instalarse un tiempo en este hogar al nacer su primogénito. Fue también el escenario de los primeros retratos oficiales de los duques de Cambridge con el niño, a los pocos días de nacer, en unas imágenes que realizaba el propio Michael Middleton, rompiendo así la tradición real de que fuera un fotógrafo profesional y habitualmente de renombre el que las hiciera.

Pero no todo ha sido un camino de rosas para el padre de Kate Middleton. La relación de su hija con el príncipe Guillermo afectó a la familia en algunos momentos.

En mayo de 2015, surgieron rumores de crisis matrimonial entre Michael y Carole Middleton. Kate acababa de dar a luz a su hija Charlotte y, según detallaron algunos medios británicos como 'Daily Mail', el padre de la entonces duquesa de Cambridge no estaba muy de acuerdo con algunas decisiones tomadas por su esposa en aquel momento, que incluyeron dejar su casa de Blackerbury para mudarse a una mansión de Anmer Hall y estar más cerca de los futuros reyes de Inglaterra y sus hijos.

De cara al público, los padres de la duquesa siempre se habían mostrado como un matrimonio bien avenido, aunque, tal y como revelaron algunos de sus allegados, esa buena relación se sustentaba, en parte, en la sumisión total de Michael ante la arrolladora personalidad de Carole.

En abril de 2016, los rumores de crisis matrimonial persistieron y, según detallaron personas cercanas a su círculo, se llegó a barajar la opción de un posible divorcio.

Si Michael Middleton estuvo al borde de tirar la toalla, lo cierto es que los problemas conyugales se solucionaron y nunca ha dejado de mostrarse, junto a su esposa, como una pareja sólida y estable.

Superados los problemas familiares, llegaron los empresariales. Si su negocio llegó a alcanzar un valor de 35 millones de euros en el mercado hasta 2017, lo cierto es que a finales de 2018 comenzaron los problemas económicos, que provocaron el despido de seis de sus empleados para recortar gastos.

La llegada de la pandemia sólo empeoró las cosas. En junio de 2023, según se publicó en 'Daily Mail', la empresa contaba con una deuda de más de tres millones de euros, lo que provocó la ira de sus acreedores.

A principios de ese año, el director ejecutivo de la compañía dimitió y otros miembros de la junta directiva de la empresa intentaron encontrar un comprador. Michael y Carole Middleton acabaron vendiendo parte de la empresa a la compañía Teddy Tastic Bear.

Poco a poco, y juntos, están logrando salir del bache y solventar sus deudas, aunque en este momento el mayor de sus problemas no es ese, sino la salud de su hija, un triste contratiempo en sus vidas que están llevando con gran entereza y entrega.