El insólito comentario de la reina Camila al probar whiskey en un mercado escocés

Carlos III y Camila pusieron rumbo a Escocia para la celebración de varios actos en Edimburgo. Por un lado, Buckingham Palace anunció que tanto su esposa como su hermano pequeño, el príncipe Andrés, entrarían a formar parte de la Orden del Cardo, la más prestigiosa de Escocia. Por otro lado, la ciudad celebraba el 900º aniversario de su origen. Con motivo de dicha conmemoración, los reyes asistieron a un evento para sorpresa de sus invitados.

Visitaron un mercado con diversos puestos que promueven la gastronomía y la cultura escocesa. Fueron recibidos calurosamente, animándoles a probar alguno de sus productos. Entre las paradas que realizaron, fueron invitados a probar un whisky Macallan de 52 años.

"Eso da en el clavo, eso da en el clavo", expresó Camilla mientras disfrutaba de su bebida. Un comentario poco común en su carácter, pero que animó a unirse rápidamente a su marido. “Esperó a que se uniera a ella y sabía que se enfadaría si lo bebía sin él", explicó Kevin Alston, director de marketing de la empresa.

Los Reyes son aficionados a esta bebida, e incluso comercializan su propia marca. Highgrove Organic Single Malt está inspirado en sus propios gustos y destilado a base de cebada malteada orgánica escocesa y madurado en barricas de roble para bourbon.

Otra de las anécdotas que protagonizaron fue a causa del temporal. "Estoy agarrada a mi paraguas", espetó Camila mientras Carlos se dirigió a un invitado para alentar entre bromas que le podía llevar el viento. El buen ambiente que se distendió también propició que un transeúnte aprovechase la ocasión para preguntar al Rey por su salud tras el diagnóstico de cáncer. "No demasiado mal", respondió el rey de 75 años.

Una jornada bastante animada donde, además, los reyes escogieron un atuendo propio para la ocasión. El rey optó por un kilt a cuadros y Camila escogió un conjunto de vestido y chaqueta en verde menta de la diseñadora Anna Valentine que combinó con guantes, collar de perlas con cierre frontal y broche. Un acto que se produjo horas después del servicio religioso en la catedral de Saint Giles, donde, ante la falta de la princesa de Gales, la prensa británica volvió a rendirse ante el estilo de su tía política, la duquesa de Edimburgo.