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Félix Candela: los secretos del maestro de Calatrava, en Madrid
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Félix Candela: los secretos del maestro de Calatrava, en Madrid

Los edificios blancos, esbeltos y de desafiantes curvas no nacieron del imaginario de Santiago Calatrava, aunque su origen también es español. El arquitecto madrileño Félix Candela

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Félix Candela: los secretos del maestro de Calatrava, en Madrid

Los edificios blancos, esbeltos y de desafiantes curvas no nacieron del imaginario de Santiago Calatrava, aunque su origen también es español. El arquitecto madrileño Félix Candela (1910-1997), afincado en México desde su juventud, fue el revolucionario que  aportó a la arquitectura los cascarones de hormigón, nuevas estructuras que conquistaron la libertad de forma y tamaño.

Para celebrar el centenario de su nacimiento se acaba de inaugurar en el centro Conde Duque de Madrid una exposición que recuerda la vida y obra de este arquitecto, desde su relevante trabajo como constructor, hasta su modelo de pensamiento y actuación autodidacta.

La muestra recorre desde sus primeros pasos en la castiza calle Mayor, donde su familia regentaba una zapatería, hasta su última colaboración con Calatrava, poco antes de su muerte, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Concretamente, en el diseño del Oceanográfico, Candela trabajó junto al ingeniero Esteban López Estévez.  Un edificio casi idéntico al Restaurante Los Manantiales, en Xochimilco, México, pero con 40 años de diferencia, lo que prueba la vigencia de su obra y el carácter innovador con que Candela irrumpió en la arquitectura.  

Con él se revaloriza la llamada Aventura Laminar de la Arquitectura Moderna, movimiento ligado al desarrollo del hormigón armado que queda reflejado en esta exposición a través de dibujos, planos, fotografías, maquetas, textos explicativos y videos.

Los cascarones, o paraboloides hiperbólicos, constituyeron un elemento de modernidad frente a las arquitecturas históricas, pero también un modo económico de levantar estructuras poderosas. En 1949 construyó en México su primer cascarón experimental (Bóveda Ctesiphon) y un año después, con su empresa Cubiertas Alas, se lanzó de lleno a construir cubiertas laminares para todo tipo de edificios.

Candela propició la función estructural de las formas geométricas de doble curvatura y las dotó de esbeltez. Así consiguió imágenes rotundas, desnudas y fieles al dibujo geométrico. En palabras de Mies Van der Rohe, “menos es más”. Candela destaca también por su uso de los paraguas, elementos laminares que combinó permitiendo el paso de la luz natural, como en la fábrica textil High Life de Coyoacán, México. Otros hitos constructivos fueron la Iglesia de San Antonio de Huertas (1956), la Embotelladora Bacardí (1958), o la Iglesia de la Milagrosa.

Los cascarones, esta vez con estructura metálica, convirtieron el Palacio de los Deportes de México (1968) en una de las últimas obras emblemáticas de Candela, y también en una de las más espectaculares. En Madrid, su diseño se puede observar en el techo con formas geométricas de la estación de metro de la Puerta del Sol o en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

Además, Candela transmitió sus conocimientos a través de diversas publicaciones, y como profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Illinois, donde se trasladó a vivir en los años 70. Fue designado presidente de la Academia Internacional de Arquitectura en 1992 y, dos años después, investido doctor honoris causa en la Politécnica de Madrid.

La muestra, titulada “La Conquista de la Esbeltez”, se podrá visitar hasta el 18 de abril y está comisariada por la arquitecta Pepa Casinello. Ha sido organizada por el Ayuntamiento de Madrid, la Universidad Politécnica de Madrid y la Fundación Juanelo Turriano.

Los edificios blancos, esbeltos y de desafiantes curvas no nacieron del imaginario de Santiago Calatrava, aunque su origen también es español. El arquitecto madrileño Félix Candela (1910-1997), afincado en México desde su juventud, fue el revolucionario que  aportó a la arquitectura los cascarones de hormigón, nuevas estructuras que conquistaron la libertad de forma y tamaño.