Este es el único momento en el que es mejor no utilizar protector solar (pero solo este)

A estas alturas ya nadie duda de la relevancia de protegernos de la radiación solar para prevenir el cáncer de piel y el fotoenvejecimiento, que llega en forma de manchas, arrugas, flacidez, falta de luz, etc.

Queda más que demostrado en estudios clínicos. Sabemos, incluso, que hay que hacerlo cada día del año (otra cosa es que, por desgracia, aún hay quien no lo aplica), siempre que salgamos a la calle y no solo cuando vayamos a la playa, la piscina o la terracita. Sin embargo, también necesitamos vitamina D. ¿Y cómo se sintetiza? Paradójicamente, con un poco de sol.

Aquí llega la duda: ¿Entonces nos ponemos protector solar para captar lo que necesitamos de esta vitamina, o vamos a pelo? Nos saca de dudas el Dr. Miguel Sánchez Viera, dermatólogo y director del Instituto de Dermatología Integral.

Lo primero es saber qué función cumple la vitamina D en el organismo. “Tenemos que saber que es vital para el correcto metabolismo del calcio, el ingrediente principal de nuestros huesos. Un déficit de esta vitamina puede provocar osteoporosis (los huesos están más delgados y débiles, lo que hace que aumente el riesgo de sufrir fracturas). Por otra parte, la vitamina D es indispensable para una adecuada función muscular, nerviosa (para transmitir los mensajes del cerebro a cada parte del organismo) y para la salud del sistema inmune”, explica el dermatólogo.

Y es aquí cuando entra en juego el papel del sol, ya que es él el que consigue que dicha vitamina, que genera el cuerpo de manera natural, se convierta en calciferol, que es la forma activa de dicha vitamina. Muy por delante de la obtenida mediante la dieta y que se puede encontrar en los huevos, mantequilla o pescados grasos.

Los minutos clave

“No es necesario abusar del sol para que se produzca esta función, de hecho, con 10 o 15 minutos tres veces a la semana en primavera y verano sería suficiente, así como todos los días en otoño e invierno. Eso sí, hay que exponerse en horas en las que la radiación solar no es fuerte, es decir, antes de las 11 de la mañana o después de las 18 o 19 horas”, prosigue el experto. ¿Y si tenemos un déficit de vitamina D? Entonces, por indicación médica, probablemente habrá que complementarlo con un suplemento oral.

La única excepción

¿Y qué pasa entonces con el fotoprotector? La dinámica es la siguiente: Cuando nos exponemos al sol, la radiación UVB interactúa con una proteína llamada 7-DHC convirtiéndola en vitamina D3, la forma activa de vitamina D.

Por un lado, está más que demostrado que la luz ultravioleta daña el ADN celular de la piel y puede producir cáncer cutáneo, algo que puede prevenirse con el protector solar. De hecho, el de SPF 50 está diseñado para filtrar la mayoría de la radiación UVB, que son las longitudes de onda que desencadenan la producción de vitamina D en la piel.

Según la Skin Cancer Foundation, en un SPF 50, llega a la piel concretamente del 2 al 7%, y eso en caso de que lo usemos a la perfección. Y este es el motivo por el que algunos profesionales consideran que es preferible utilizar protector solar incluso esos minutos diarios necesarios para sintetizar la vitamina D. Pero, ¿Cuántas veces en el día a día y durante el año apenas vemos la luz del sol?

Por supuesto, no se trata de echarnos en la tumbona con un bañador, nada más lejos. Como explica el Dr. Sánchez Viera, “hay algunas partes del cuerpo que no siempre protegemos, por ejemplo, las manos (por eso vemos que es una de las zonas donde más manchas aparecen con el paso del tiempo); puede que incluso utilicemos una crema de manos con SPF, pero hay que renovarla cada vez que las lavamos y cada 2 horas, y esto se nos puede olvidar. Lo mismo ocurre con el empeine, cuando llega el buen tiempo es probable que lo protejamos al salir de casa, pero no renovemos durante el día. El escote es otra de las zonas que muchas veces se nos olvida fotoproteger. Pues bien, la exposición solar de estas zonas es suficiente para sintetizar la vitamina D que hace falta”.

Y si van a superarse esos minutos (algo habitual en verano) sin duda es imprescindible tirar del fotoprotector. Los hay, incluso, que contienen filtros provitamina D que aseguran activarla. ¿Aunque esté nublado? Así es. “La radiación solar es capaz de atravesar los mantos de nubes y llegar a nuestra piel, y por ello los dermatólogos aconsejamos usarlo siempre, ya que dicha radiación es la principal causa del cáncer de piel, así como del envejecimiento prematuro”, termina el director del Instituto de Dermatología Integral.

Shopping solar

Leche Spray Protección Activa SPF 50 +, de Collistar. Con Smart Sun Protection, el único sistema de filtros pro-Vitamina D que activa esta vitamina y detiene únicamente la radiación nociva al mismo tiempo que potencia la salud y belleza cutánea.

Complemento alimenticio en cápsulas con vitamina D Dosisol. Indicado para elsistema inmune, óseo y muscular, con Rodhiola Rosea, que aumenta la serotonina y sube el estado de ánimo, con zinc que mejora el deseo sexual y las funciones del sistema nervioso central y con melatonina que mejora el descanso.

Cápsulas Heliocare 360º D Plus, de Cantabria Labs. Con vitaminas D y E, niacinamida y Fernblock, que aumenta la resistencia de la piel al sol y neutraliza el daño solar.

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