Qué hacer si te ha quedado mal el autobronceador: adiós manchurrones

El día que los autobronceadores aparecieron, el moreno se democratizó y los bronceados sin sol se convirtieron en una prenda que lucir todo el año, sin importar la estación.

Sus formatos y fórmulas han cambiado tanto que puedes elegir entre cremas, sérums, aceites, gotas que incorporar a otros tratamientos, brumas, espumas o toallitas, para conseguir el tono más o menos oscuro que desees, jugando con los acabados y las aplicaciones.

Pero, lección del tío Ben, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, es decir, por más bonito que quede el efecto bronceado, lograr un acabado homogéneo en todo el cuerpo es algo complicado.

Las ronchas de diferentes tonos en las zonas más amplias del cuerpo, los codos y tobillos oscurecidos o las manchas anaranjadas en las manos son los efectos secundarios más habituales en el uso de autobronceadores.

Para evitar que el bronceado quede a parches, se deben seguir varios pasos. La preparación de la piel es fundamental. Primero se exfolia la piel para eliminar células muertas y dejar la superficie suave, también es recomendable hidratar las zonas conflictivas, los pliegues y las áreas que tienden a una mayor sequedad, para que el autobronceador no se quede acumulado en los pliegues y grietas.

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Pero ¿qué ocurre si el mal ya está hecho? Entre las opciones para borrar el autobronceador está la exfoliación, sin llegar a ser muy agresiva, pudiendo recurrir a scrubs o exfoliantes químicos, pero también hay remedios efectivos como limpiar la piel con un algodón impregnado en agua micelar o con zumo de limón.

Borradores del autobronceado

El plan B son los borradores de autobronceador ad hoc, cosméticos de diferentes texturas, bajo el nombre de ‘tan eraser’ o ‘tan remover’. Si hace años, la bomba de baño anti-autobronceador nos parecía una genialidad, ahora mismo hay sérums, espumas y hasta discos impregnados.

Los discos de St. Moriz han sido los últimos en llegar al terreno del bronceado sin sol (y ahora sin errores). 60 discos impregnados en una fórmula que retira el bronceado de una forma muy cómoda, ya que con ellos se puede acceder incluso a las zonas complicadas. Son una buena opción si solo quieres borrar una zona muy concreta, pero estás contenta con el resto del bronceado, puesto que el producto no gotea y para borrar tienes que realizar varias pasadas. Te permite precisar.

Si prefieres los formatos fluidos, también hay 'tan removers' en sérum como el Magic Self-Tan Eraser Over it de Isle of Paradise. Para conseguir retirar el bronceado, combina agua micelar y ácido glicólico, de tal modo que limpia y ejerce una ligera exfoliación con la que se retira la capa de células muertas en la que se deposita el autobronceador.

Cambiando de formatos, llegamos a las espumas, probablemente la textura más habitual dentro del terreno de los autobronceadores. El Tan Remover de St Tropez está formulado con aloe vera, ácido cítrico o extracto de yogur entre otros, se puede utilizar tanto para preparar la piel antes del bronceado como para eliminarlo. Su aplicación se realiza con ayuda de un algodón, se deja actuar 5 minutos y se retira con agua en la ducha.

La espuma Self Tan Eraser de Bondi Sands funciona también como preparación o como eliminación del bronceado, pero no ejerce un efecto exfoliante, sino que deja la piel hidratada Tras su aplicación y retirada, en apenas 5 minutos, el tono de la piel queda uniforme.

El Self Tanning Eraser de Hawaiian Tropic también actúa sobre la ducha, descomponiendo el pigmento bronceado y facilitando la eliminación del moreno. Para ello, cuenta con ácido cítrico y aloe vera, exfoliando e hidratando la piel.

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