Amador Mohedano, tras las informaciones sobre la finca herencia de Rocío Jurado: "Nadie me va a echar de mi casa"

Amador Mohedano y su hermana Gloria heredaron la finca Los Naranjos en Chipiona. Un campo de 30.000 metros cuadrados, parte de ellos en subasta pública en estos momentos. El motivo es la deuda contraída por el que fuera mánager y hermano de Rocío Jurado tiene con Hacienda. Esta situación la arrastra desde hace unos años y hasta ahora no ha sido posible solventarla, a pesar de las reuniones entre la inspectora, el gestor y él mismo.

En esta entrevista explica que nunca perderá la casa en la que vive y rehabilitó en el 2014. La herencia de su hermana sirve para solventar este problema económico, pero no tendría por qué perder lo que es su hogar. Un lío complicado donde hay dos propietarios, él y su hermana Gloria, y una tercera persona que es el hijo de su íntimo amigo Quisco. La subasta finaliza el próximo 10 de junio y Amador explica a Vanitatis todas las variantes que pueden darse en la compraventa. Lo que tiene muy claro, y así lo confirma e insiste, es que "nadie me va a echar de mi casa".

¿Cómo te encuentras?

Bien de salud, que es lo importante.

Tu situación económica no es buena. Tu casa se encuentra en subasta pública.

Mi casa no, porque nunca la voy a dejar. Hay que entender que este campo es el 50 por ciento mío y la otra mitad de mi hermana. Y por lo tanto, si finalmente hay un pujador, lo será por 15.000 metros, en los que no entraría nunca la casa. Y el problema es que yo tampoco podía vender, aunque hubiera querido una parte, porque no se puede segregar según la normativa. ¿Para qué quiero tanto campo? Lo tengo limpio, cuidado y eso cuesta dinero. A mí que me dejen la casa, el corralito y lo demás me da exactamente igual. Me da pena porque fue lo que me dejó mi hermana.

¿Eras conocedor de esta subasta?

En la última reunión que hicimos en Cádiz con la inspectora ya se habló. Es verdad que me enteré ese día. Y hay que aclarar que lo que se subasta son 15.000 metros, no todo el campo. Por el momento no se ha presentado nadie. Y mi hermana Gloria tiene prioridad. Después habría un señor al que tengo alquilado una parte. ¿Quién se va a meter en una finca rustica y yerma?

Una de las informaciones que se han dado es que parte de la finca ya se vendió al hijo de un íntimo amigo tuyo por 90.000 euros y con el que tienes problemas.

Este amigo es vecino y nunca ha tenido mal rollo conmigo. El padre es Quisco, íntimo mío de toda la vida que me ha acompañado muchas veces a los programas. Ayer estuvimos juntos y te puedo asegurar que no hay problema. Cuando yo vendí esa parte, que son tres mil metros, fue muy al principio de recibir la herencia. Y lo hice porque en ese momento tenía que hacer un pago, precisamente a Hacienda.

¿Sigues en conversaciones con la inspectora?

Mira, lo que quieren es cobrar la deuda y no quedarse con un campo yermo. Espero solucionarlo. Y además, la cantidad que han dicho no es real. Según la información que me da la inspectora última, con la que hablamos el gestor y yo, es de 199.000 euros. Hacienda tiene sus cálculos y yo los míos. Y lo que hay que hacer es solucionar ese equilibrio entre ellos y yo. Un compendio.

No se entiende muy bien. Si se subasta, te quedas sin casa.

No. A mí de aquí no me echa nadie. Entre otras cosas, porque ya he dicho muchas veces que la finca no esta dividida. Y, por lo tanto, en el momento en que se hiciera efectiva esa desagregación, la casa es de mi hermana. Y si me quedo sin terreno y soluciono lo mío, pues bienvenido sea el campo. Aquí no puedo hacer nada porque es secano y rústico. En el momento en que mi sobrina vendió el pozo que servía de regadío, mató el campo.

Tienes naranjos. Al menos se ven en alguna imagen.

¡Qué va! Estuvieron en su día, cuando con Rocío vivía, y efectivamente, estaba llena de naranjos. Y quiero aclarar que en mi parte de campo no hay piscina. Había una alberca y nada más.