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24 horas con swifties: el costumbrismo detrás del fenómeno musical de la década, Taylor Swift
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Concierto

24 horas con swifties: el costumbrismo detrás del fenómeno musical de la década, Taylor Swift

De 9:00 a 23:00, acompañamos a dos switifes en su día grande. Brunch temático con fans de todo el mundo, puesta a punto en hogar taylorista, colas y, por supuesto, el show, vivido en primera persona

Arranca la mañana con una puntualidad inusual para Madrid (09:00), pero o’clock para una swiftie, una de las comunidades fan más fiel y entregada. Hoy acompañamos a Clara, una swiftie old school, de esas que ya vio a Taylor Swift actuando en Madrid allá por 2011 y que repite experiencia en el primer concierto de la cantante en el estadio Santiago Bernabéu, y a Ana, su amiga de toda la vida, Y por supuesto, también swiftie.

Clara ha viajado desde Cáceres para reunirse con Ana, también extremeña, pero que vive en Madrid desde hace años. La distancia geográfica, las diferentes carreras profesionales y la vida en general de las amigas, no las mantiene lo cerca que les gustaría, pero ver juntas a Taylor, como en los viejos tiempos, cuando “podías verla por 40 euros y en la quinta fila”, puntualiza Clara, es algo especial. “Cuando salieron las entradas para el día 29 y Clara me dijo ‘tengo un código, ¿quieres que vayamos?’, no lo dudé, sabía que teníamos que ir”, apunta Ana.

placeholder Clara y Michelle durante 'The Eras Tour Brunch'.
Clara y Michelle durante 'The Eras Tour Brunch'.

Pero volvamos a la agenda. La primera parada del 29 de mayo es una toma de contacto con fans venidos de todo el mundo en el ‘The Eras Tour Brunch (Lilo’s Version)’. Con motivo del concierto de la estadounidense en Madrid, la cafetería Lilo (C/Libertad 3) ha confeccionado 14 desayunos inspirados en temas de Swift, del ‘Switie Mimosa’ a las ‘Burning Red Pancakes’, disponibles durante todo el mes de mayo.

Los días del concierto, y gracias a la colaboración del Swiftie Club (@swiftieclubes en Instagram), el hilo musical lo protagoniza Taylor, sus clientes se visten de las diferentes eras, se hacen pulseras de la amistad (friendship bracelets), se compra merchandising y se regalan pegatinas de la cantante “acumular stickers like Diógenes es mi pasión”, bromea Clara mientras coloca una pegatina en la funda de su teléfono móvil.

placeholder Un ambiente de lo más swiftie en el brunch.
Un ambiente de lo más swiftie en el brunch.

De fondo, en la cocina suena reggaeton mientras se prepara una ‘Long Live Toast’. Al otro lado de la pared, Clara diseña sus pulseras reglamentarias para los conciertos de Swift “preparé un montón y me las he dejado en casa”, en Cáceres, concretamente. Drama. Ahí entra la magia del mundo friendship bracelets: intercambiarlas con otras fans es una de las practicas reglamentarias en los conciertos de Swift.

placeholder Algunas de las swifties asistentes al brunch.
Algunas de las swifties asistentes al brunch.

La siguiente parada en la ajetreada jornada swiftie es la hora de la comida. El tiempo de espera de taxis, Cabify y demás VTC en estos días en Madrid siempre supera los 10 minutos. Cuando llega, Francisco el conductor, además de confesar que el tráfico está siendo una locura pocas veces vista en la ciudad, confiesa que ha estado a punto de comprar entradas para el concierto para él y para su novia. “A los socios del Real Madrid se las ofrecían, pero al final se las he dado a un amigo”, se lamenta.

La agenda apremia y, tras una comida flash, Clara aterriza en el campamento base, el hogar swiftie en el que acicalarse y, por fin, reunirse con su amiga Ana, que sale de trabajar a las 15:30 y llega corriendo y con una botella de vino en la mano “¡necesitamos hielo!”.

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placeholder La llegada de Ana al hogar swiftie'
La llegada de Ana al hogar swiftie'

“Puedes poner un poco de música bajita, algo de los 2000, de lo que escuchábamos de adolescentes”, acota Clara, mientras comienzan a sonar Avril Lavigne, Hilary Duff o Lindsay Lohan. El salón se convierte entonces en una fiesta de gemas para pegar sobre la piel, glitter, pestañas postizas, pinceles, parches para los ojos, paletas y paletas de sombras de ojos de Krash Kosmetics, eyeliners de colores, productos de la madrileña 3ina… Todo por recrear el maquillaje de Taylor.

Clara maquilla a Ana. La inspiración es ‘Taylor Swift’, el primer álbum de la cantante “esa es mi era”, confiesa Ana. Con sombras de ojos azules y purpurina dorada sobre los pómulos, está lista “estás un poco purista, yo quiero más brillo”, le demanda Ana a su amiga, reconvertida en makeup artist.

Le toca el turno a Clara “yo me arreglo muy rápido”, asegura mientras se encierra en el baño para preparar su look, un sencillo smokey eye con un toque de glow, que requiere desmaquillarse por completo antes de realizar el trabajo de MUA. “Ya casi estoy, 5 minutos”, grita desde el otro lado de la puerta, consciente de que ya son las 18:45 y que Paramore, el grupo telonero al que se muere por ver, comenzaba su concierto a las 18:30.

Bleached brows (cejas decoloradas en rubio platino hasta casi desaparecer) y ojos ahumados en negro, un poco a lo ‘Clara Bow’ (canción del último álbum de Swift) y labios rojos conforman el look de la Clara swiftie. Con vestido negro al más puro estilo ‘Reputation’ (otro disto de la cantante) pero por mera casualidad, parece que está lista... Pero la puesta a punto no ha terminado, aún falta el ‘13’ reglamentario que Taylor Swift lucía en su mano en sus primeras actuaciones. Se lo hacía su madre con lápiz de ojos. Clara y Ana, por suerte, tienen calcamonías para hacerlo mucho más rápido.

Son las 19:00, toca subirse al taxi, ahora miniván al ampliar el equipo swiftie, camino del Bernabéu, pero las calles cortadas impiden a Clara y a Ana llegar hasta las puertas del estadio, se conforman con bajarse en el Hospital de San Rafael y bajar tranquilamente Concha Espina. Muy tranquilamente asumiendo que son las 19:30 y que Paramore está perdido y Taylor comienza en torno a las 20:00, las swifties llegan al Bernabéu, pero la gincana continúa: hay que encontrar la entrada 25.

Los planos del Bernabéu colocados del revés no ayudaban, la mejor opción es preguntar a viandantes y policía, sin embargo, en el camino de una swiftie hacia el icónico momento de Taylor, 13 años después (su número de la suerte) de su último concierto en Madrid, había más handicaps. “¿Puedes comprar Compeed en una farmacia?, me están rozando las zapatillas”, suplica Clara a Ana.

El inolvidable momento bordillo que todo fan o asistente a concierto ha vivido llega a la vida de las amigas que, tras horas en movimiento por Taylor Swift, necesitan sentarse y reorganizar su vida. Tras el gap de los apósitos en los pies, el runrún del “tengo hambre” se hace realidad. Ana, switfie previsora donde las haya, saca de su bolsa una bandeja de sushi y no duda en abrir la soja y comenzar a mojar las piezas, una a una, porque aguantar 3 horas de concierto requiere fuerzas.

Tras el ágape, Ana y Clara inician la senda hacia la puerta 25 del estadio Santiago Bernabéu. Paramore ha dejado de escucharse, la llegada de Taylor es inminente. Cuando la puerta aparece en el horizonte, surge un inesperado contratiempo, las entradas no se cargan. Los malditos problemas con la señal de internet en este tipo de eventos. Una de las chicas sale corriendo, para alejarse del estadio y conseguir descargar las entradas.

Clara festeja el feliz momento en el que su amiga regresa con las entradas con la más grande de las sonrisas. Se abrazan e inician el camino a su destino, el concierto de Taylor Swift, Taylor para las amigas. Conseguido. A los pocos minutos, suenan en el Bernabéu las primeras notas de ‘Miss Americana’, la canción con la que Swift comienza The Eras Tour. “You know I adore you, I'm crazier for you”, “sabes que te adoro, estoy más loca por ti” pues eso, ser swiftie es así.

Arranca la mañana con una puntualidad inusual para Madrid (09:00), pero o’clock para una swiftie, una de las comunidades fan más fiel y entregada. Hoy acompañamos a Clara, una swiftie old school, de esas que ya vio a Taylor Swift actuando en Madrid allá por 2011 y que repite experiencia en el primer concierto de la cantante en el estadio Santiago Bernabéu, y a Ana, su amiga de toda la vida, Y por supuesto, también swiftie.

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