La herencia inmobiliaria de Borja Villacís que afecta a sus hermanos Begoña y Nacho

Un bebé risueño que acaba de salir del baño juega a peinarse con el cepillo. Podría ser una tarde de invierno, la luz de la tarde entrando por la ventana. Es la imagen de la inocencia, de la alegría infantil, la imagen con la que Begoña Villacís se ha despedido en las redes sociales de su hermano pequeño, Borja, acribillado en la carretera de El Pardo por un feo asunto que está en las antípodas de esta foto.

"Desde adolescente fue un chaval complicado, la familia lidió mucho con él, pero estaba mucho mejor en los últimos tiempos", aclara una fuente que conoce bien a la antigua vicealcaldesa de Madrid. Otra, que ha trabajado con ella mano a mano durante años, ni siquiera sabía a qué se dedicaban sus hermanos: "Me sorprendió la noticia porque yo no sabía ni en qué trabajaban ni cuántos eran. Es muy hermética en lo que a su vida privada se refiere. Nunca hablaba de su familia".

"Gracias de corazón por tanto cariño", escribió Villacís en su cuenta de Twitter horas después del suceso. En su mensaje describía a una familia "rota" que había decidido pasar el duelo "en recogimiento e intimidad". Según se reveló en 'Espejo Público', fue José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid y compañero de Begoña durante su etapa como vicealcaldesa de la capital, el encargado de informar de lo sucedido a la abogada. Al conocer la identidad del hombre asesinado, la Policía contactó con el Ayuntamiento para ver cómo proceder y fue el propio Almeida quien se hizo cargo. Tras informarle el primer edil de la triste noticia, Villacís se trasladó al domicilio de sus padres, con los que ha permanecido la mayor parte del tiempo.

Mientras la investigación del suceso sigue su curso, su familia intenta encajar el golpe. Borja, que acababa de cumplir 41 años, era el pequeño de los tres hermanos Villacís Sánchez. La mayor es Begoña, e Ignacio, con 45 años, el mediano. Los tres se criaron en un hogar tradicional. José Villacís es profesor y escritor, y Marisol Sánchez, psicóloga. En los últimos tiempos se dedicaba a la gestión inmobiliaria junto a su hijo Nacho, sobre todo en el entorno de la Ciudad Universitaria, Chamberí y Moncloa.

"Los padres intentaron de muchas maneras ayudar a su hijo", continúa la fuente antes citada, que relata los intentos de Villacís de encauzar su vida a pesar de su pasado. Según el diario 'El Mundo', Borja se había hecho con una licencia de VTC junto a un amigo. "Estaba centrado en su trabajo y en sus cosas. Es alucinante que se le vincule con narcos a gran escala y se hable de hechos sucedidos hace más de 20 años y que cometió cuando era un joven rebelde", destaca en el citado periódico el entorno más cercano de Borja Villacís.

En esos intentos por ayudar a Borja a asegurar su futuro, los tres hermanos llevaron a cabo en 2010 y 2012 varias operaciones inmobiliarias. Adquirieron dos pisos, uno de cinco habitaciones de poco más de 100 metros cuadrados, y otro un pequeño apartamento de 55 metros cuadrados. Los compraron entre los tres a partes iguales y desde entonces los explotaban. Sin embargo, los problemas judiciales de Borja habían dejado su huella en estas propiedades. En ambas aparece una anotación preventiva de prohibición de disponer por la parte correspondiente a Borja Villacís y ordenada por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de Madrid en 2021 dentro de las diligencias previas por un procedimiento de blanqueo.

"La anotación preventiva de prohibición de disponer es un asiento de vigencia temporalmente limitada. Publica una situación jurídica puntual, que busca asegurar los bienes ante la incertidumbre sobre el resultado final del juicio cuya demanda fue la causa de la anotación", explica un experto. Las anotaciones tienen un plazo general de caducidad de cuatro años, y forman parte de las medidas cautelares que pueden dictarse en un procedimiento y que regula la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Villacís estaba a la espera de juicio en una causa abierta por narcotráfico y blanqueo de capitales a gran escala instruida por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. La abogada Aurora Mora explica a Vanitatis lo que sucederá ahora: "Tras su fallecimiento, el Magistrado Instructor debería dictar Auto de Extinción de Responsabilidad Penal al amparo del Código Penal y las medidas cautelares que pesaban contra él deberían levantarse. El patrimonio del finado pasaría a sus padres al no tener descendencia".

“Adiós, mi niño, mi hermano pequeño. Te quiero, cuídanos. D.E.P.”, escribía Begoña Villacís al lado de la foto de aquel bebé moreno que se convirtió en un hombre con dificultades.