Alaska y Mario Vaquerizo, un matrimonio eterno que celebra sus bodas de plata

El 10 de junio de 1999, Alaska y Mario Vaquerizo se juraban amor eterno. Una frase que demasiadas veces no se cumple en los matrimonios, pero en su caso es la confirmación de que ese primer beso fue el comienzo de una relación que funciona un cuarto de siglo después. Meses después se casaron en Las Vegas un 29 de noviembre de ese mismo año con una estética perfecta.

La novia, de Dolly Parton y el novio, de Elvis Presley. Esa vez el enlace fue discreto, privado, y nadie de su círculo en España estaba al tanto. Antes de presentarse ante el oficiante brindaron con dos cócteles que no podían ser de otra cosa que Margaritas en honor al México lindo y querido de Olvido.

“No se lo dijimos a nadie, ni a nuestros padres. Es lo mejor que he hecho en mi vida”, recuerda el colaborador de 'TardeAR' cuando se han cumplido trece años del que fue su siguiente compromiso, el 27 de mayo de 2011. Esa vez fue más tradicional. El lugar elegido fue el Registro Civil de la calle Pradillo. A continuación, un gran festejo en el Hotel Emperador de la Gran Vía con familia y amigos. La convocatoria fue multitudinaria y tuvieron que reducir invitados por cuestiones de aforo. Los seguidores de la pareja pudieron compartir los preparativos y el bodón en su reality donde mostraban lo que era su historia sentimental a lo largo de los años.

Este sería el cronograma amoroso de la pareja, que tiene previsto preparar una gran celebración en noviembre, cuando se cumplan las bodas de plata oficiales. Así nos los cuenta: “Este año no hemos podido hacer nada con el aniversario de la boda civil, estamos desbordados de trabajo. Queremos hacerlo con más tranquilidad”.

En realidad, la historia de amor de la pareja es un guion cinematográfico donde chico tiene una medio novia y conoce a chica que está libre y siempre le ha gustado. El líder de las Nacys Rubias dio el primer paso con un beso y fue correspondido por Olvi, como él la llama.

La puesta en escena fue un 10 de junio en la sala Bikini de Barcelona. Al finalizar Alaska su concierto, Mario, que trabajaba en la discográfica Suibterfuge promocionando bandas musicales, se acercó y paso a la acción. “Le planté un beso directamente y salí ganando porque fui correspondido. Ahí empezó todo”, contaba a Toñi Moreno en una de las entrevistas personales en las que no tiene problema en contar su historia de amor.

Ambos se lo toman a risa cada vez que salen bulos sobre un posible distanciamiento. “Nos han separado varias veces y otras tantas han dicho que estamos a punto de divorciarnos. Que lo sigan diciendo”, contaba Alaska en la Crónica Rosa de Federico Jiménez Losantos, donde colabora.

Mario Vaquerizo tenía, ese 10 de junio de 2011, 25 años. Se había licenciado tiempo atrás en la facultad de Periodismo y trabajaba en una discográfica en el departamento de promoción. Entre los grupos que le adjudicaron se encontraba Fangoria, de Alaska y Nacho Canut. “Me encargué del lanzamiento del disco y pasábamos mucho tiempo juntos más allá del estrictamente profesional”, contaba a Vanitatis. Después llegó el beso y todo lo demás.