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Mona Jiménez, la persona clave en la vida amorosa de Isabel Preysler
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'REINA DE CORAZONES'

Mona Jiménez, la persona clave en la vida amorosa de Isabel Preysler

La periodista Paloma Barrientos desvela en su libro 'Reina de corazones' casi todos los secretos de la vida de Isabel Preysler y de cómo conoció a todas sus parejas

Foto: Preysler, Boyer y Mona Jiménez. (Paloma Barrientos)
Preysler, Boyer y Mona Jiménez. (Paloma Barrientos)

Tanto en la relación de Isabel Preysler con Miguel Boyer como en la de Mario Vargas Llosa, la misma persona fue clave. Mona Jiménez, amiga de todos, cicerone madrileña famosa por sus ‘lentejas’, fue quien presentó a la socialité a dos de sus parejas. Así lo cuenta Paloma Barrientos en ‘Reina de corazones’ (Ediciones B), la biografía reeditada y actualizada de Preysler en la que aparecen todos sus secretos. O casi todos.

Y uno de ellos es su relación con Mona Jiménez. Periodista activa y tenaz, organizaba en su casa las citadas ‘lentejas’, reuniones en las que invitaba a todo tipo de personajes de la actualidad para crear debate y red social. Al plato, unas lentejas con chorizo. Punto. El éxito fue tal que muchos pedían asistir y Jiménez pronto tuvo que cambiar de casa para dar cabida a sus grandes reuniones. Sencillas pero imprescindibles.

placeholder Porta de la biografía de Preysler escrita por Paloma Barrientos. (Ediciones B)
Porta de la biografía de Preysler escrita por Paloma Barrientos. (Ediciones B)

Así recuerda cómo empezó el romance entre Boyer y Preysler: “[Preysler] se había quedado totalmente encandilada con Miguel Boyer cuando le vio por primera vez en el verano de 1982 en el hotel Los Monteros de Marbella, muchos meses antes de que Felipe González lo nombrase súperministro. Ese invierno, los marqueses de Griñón se convirtieron en los perfectos anfitriones del matrimonio Boyer-Arnedo, que solía acudir a pasar algunos fines de semana a la finca toledana de Carlos Falcó, junto con Petra Mateos, secretaria y amiga del político, y Mona Jiménez, la dama peruana que consiguió reunir a todo el espectro político en sus lentejas quincenales, donde se asegura que nació realmente el amor entre el pseudosocialista y la reina de los baldosines. Estas dos mujeres fueron precisamente las que más ayudaron a la pareja de enamorados encubriendo su pasional”.

Las escapadas de Isabel

La historia sigue, según Barrientos, cuando Isabel no puede evitar acercarse cada vez más al político, ayudada, siempre, por Mona. “Isabel se escapa siempre que puede a Madrid con la disculpa de ultimar con el director de la revista ‘¡Hola!’ los pormenores de su nueva profesión de periodista. Bajo el manto protector de los amigos, Isabelita y Miguel se ven a escondidas en un chalet de La Moraleja, donde una avispada chacha intenta vender a un semanario unas fotos de la pareja que nunca saldrían a la luz. La sombra del súperministro sobrevolaba las redacciones. También se encuentran en la casa de la calle Orfila de Esperanza Goizueta, en el piso de Capitán Haya de Mona Jiménez, en un aparthotel de la calle Orense [..] Cualquier sitio es bueno para dar rienda suelta a la pasión que los consume. En septiembre de 1984 acepta la propuesta de entrevistadora de lujo y firma con la revista ‘¡Hola!’ un contrato que la convierte en la ‘reportera’ mejor pagada del país, a razón de un millón de pesetas por entrevista”.

Foto: Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, en una imagen de archivo. (Getty)

Fue gracias a este trabajo de reportera que Preysler conoció a quien sería otro de los grandes amores de su vida. Gracias a su trabajo y gracias, de nuevo, a su amiga Mona. La reina de corazones entrevistó a diversas personalidades internacionales, entre las que se cuenta también a su exmarido, Julio Iglesias, quien accedió a petición de sus hijos. “En total fueron doce personajes, casi todos ellos extranjeros, a los que ella se presentaba como la exmujer del cantante Julio Iglesias. Gracias a Mona Jiménez y a Miguel Boyer, Isabelita pudo entrevistar al escritor peruano Mario Vargas Llosa. Precisamente a raíz de este encuentro dicen que se estableció entre los dos una maravillosa comunicación que aumentó con el paso del tiempo”.

Amigos y enemigas

Esa relación entre el Nobel y su mujer, Patricia Llosa, y la pareja Preyser-Boyer se intensificó con los años y sus gustos similares. “Antes de contraer matrimonio, Isabel y Miguel cenaron en varias ocasiones con la pareja Vargas Llosa en Marbella, donde el escritor y Patricia, su mujer, instalados en la clínica Buchinger, se sometían a curas antiestrés y adelgazantes. A finales de 1989, y ante la crisis matrimonial que parecía amenazar a los Boyer, se llegó a decir que el candidato a la presidencia de Perú podría llegar a convertirse en el cuarto marido de la reina del baldosín”.

Foto: Isabel Preysler en 'El hormiguero'. (Captura Antena 3)

Lo curioso de esta historia es que ya en su momento, cuando Boyer se encontraba perfectamente y la relación con Preysler funcionaba también, los rumores sobre un posible romance con Vargas Llosa ya sonaban. Tanto es así que después de unas vacaciones en Marbella, la prensa preguntó directamente a la socialité. Las preguntas y respuestas, con el tiempo, cobran un peso y un significado sorprendentes.

Las respuestas

"En el aeropuerto de Málaga, rodeada de toda su tribu, Isabelita lo negó categóricamente:
-En Madrid se comenta que ha retrasado usted sus vacaciones por el almuerzo que tenía con el escritor Mario Vargas Llosa.
-¡Qué tontería!
-También se dice que no le desagradaría ser presidenta consorte de Perú.
-Creo que la gente tiene mucha imaginación.
-¿No es cierto entonces que el señor Vargas Llosa y usted se impactaron mutuamente?
-Le conocí hace varios años al entrevistarle para ¡Hola!, pero la verdadera amistad la tiene con mi marido. De todas formas me parece que hay personas que tienen poco que hacer y se dedican a inventar historias que solo existen en sus calenturientas mentes. He venido a Marbella a descansar y no a hacer declaraciones sobre temas absurdos”.

Foto: Isabel Presyler y Mario Vargas Llosa en Nueva York. (EFE)


Nada como recordar el pasado para entender el presente, e incluso el futuro. Y en ‘Reina de corazones’ podemos bucear en el pasado de Isabel Preysler donde, a veces incluso de forma sorprendente, se nos anunciaba cómo será su futuro.

Tanto en la relación de Isabel Preysler con Miguel Boyer como en la de Mario Vargas Llosa, la misma persona fue clave. Mona Jiménez, amiga de todos, cicerone madrileña famosa por sus ‘lentejas’, fue quien presentó a la socialité a dos de sus parejas. Así lo cuenta Paloma Barrientos en ‘Reina de corazones’ (Ediciones B), la biografía reeditada y actualizada de Preysler en la que aparecen todos sus secretos. O casi todos.

Isabel Preysler