Accedemos a la denuncia de una mujer marbellí a Enrique Solís por "empujarla y arrebatarle el móvil"

La última aparición pública en la que se vio juntos a la pareja Vicky Martin Berrocal y Enrique Solís, fue el 27 de abril en Marbella, en el Hotel Marbella Club. Allí celebraban los 70 años del aniversario del hotel y todo transcurría en armonía.

La celebrity le dedicó una canción de amor a su “chico” desde el escenario y todo eran risas y fiesta hasta que llegó la policía.

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La celebración se vio ensombrecida con la presencia de los agentes en el establecimiento hotelero, donde se encontraban festejando, tras la denuncia de una mujer (G.H), que acusaba al hijo menor de Carmen Tello, de “empujarlo, quitarle el teléfono de la mano y no quererlo devolver”, según consta en la denuncia interpuesta en la comisaría de Marbella y a la que ha tenido acceso Vanitatis.

En dicho documento, se explica que: “Sobre la 1:30 del 28/04/2024, cuando ella se encontraba en una fiesta en Marbella Club con su móvil en la mano grabando, se le aproximó un individuo, el cual la empuja y le arrebata el teléfono de las manos“.

Dos meses después de este suceso, este medio se ha puesto en contacto con el empresario Enrique Solís, para obtener su versión de los hechos. El sevillano manifiesta que: “Yo estaba sentado con unos amigos en el interior de una sala, y vi que una señora me estaba grabando. No entendí el porqué, así que me levanté y es cierto que le cogí el teléfono para borrar los vídeos, que pertenecían a mi intimidad. Pero al final no se los borré porque tenía contraseña el IPhone”.

Ayuda al personal de seguridad

La mujer especifica en la denuncia cursada a la que ha tenido acceso Vanitatis: “Cuando me lo quita, pido ayuda al personal de seguridad, el cual retiene a esta persona, no pudiendo arrebatarle el teléfono”.

También asegura que el denunciado (Enrique Solís) visiona el contenido del teléfono de la dicente, mientras los propios amigos del empresario intentan quitárselo. A este respecto, Enrique argumenta a este medio que: “Yo le dije al de guardia de seguridad del hotel que recriminase la actitud de esta señora, que me estaba grabando, y sorpresivamente me dijo que ella podía hacer lo que quisiera y grabar lo que se le antojara y que no iba a hacer nada. Cuando me quejé a la dirección, me dijeron que ese señor de seguridad era la primera vez que trabajaba y que nadie le conocía”.

También se agrega en la denuncia, el detalle de que G.H pidió ayuda a Vicky Martín Berrocal, que se encontraba presente: “…la denunciante pide ayuda a la pareja del denunciado, no prestándose esta a colaborar, observando los hechos “. La denunciante precisa que “finalmente, una tercera persona consigue arrebatarle el teléfono, cogiendo este a su vez la denunciante y saliendo fuera del local, donde se solicita presencia policial y posteriormente se personan en el lugar varias patrullas de policía”.

Enrique Solís quiere matizar a este medio: “que conste que yo no toqué a la señora. En la vida he tenido problemas con la justicia y no se me ocurre tocar a una mujer. Soy sumamente sensato y respetuoso”.

Pura impotencia

Según G.H, los hechos, que ocurrieron el 27 de abril de este año, están siendo aún investigados.

“A mí nadie me ha llamado aún a declarar en ningún juzgado”, precisa el empresario. “No creo que la denuncia tenga mucho recorrido porque yo no he hecho nada de lo que me tenga que retractar”.

Por su parte, G.H detalla que ella sigue adelante con todo el proceso judicial “porque este señor vulneró mi derecho a la intimidad. Yo estaba, como otras muchas noches, en el patio, en la fiesta del hotel con unas amigas, bailando. No conocía de nada a Enrique Solís y estaba grabando a mis amigos y la tarta que sacaban, cuando me vi increpada por él. Y tengo que decir, porque es cierto, que empezó a borrarme los vídeos de mi móvil sin querer devolverme mi teléfono. Repito: interpuse la denuncia por la violencia con la que sucedieron los hechos y por verme privada de mis derechos. Pura impotencia. Nadie te puede quitar tu teléfono de las manos y llevárselo”. La denunciante también asegura que en esa fiesta a la que asistía, “todo el mundo estaba con su móvil en la mano grabando porque era el aniversario del local”.

Enrique Solís ha querido recalcar, para finalizar, que: “Para mí, el incidente también fue muy desagradable porque no sabía con qué objetivo se me estaba grabando. A ella tampoco la conocía de nada, solo me acuerdo de que era una señora rubia, que estaba detrás de una planta y poco más”.