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Lo que Juan Miguel Villar Mir deja en herencia a sus tres hijos: un gran amor, fincas y un marquesado
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FALLECÍA EL 6 DE JULIO

Lo que Juan Miguel Villar Mir deja en herencia a sus tres hijos: un gran amor, fincas y un marquesado

El empresario, fallecido el pasado fin de semana a los 92 años, se casó en 1958 con Silvia de Fuentes Bescós, madre de sus hijos, con la que presumía de no haber discutido nunca

Foto: Juan Miguel Villar Mir con Silvia de Fuentes. (Gtres)
Juan Miguel Villar Mir con Silvia de Fuentes. (Gtres)

Siempre discreto y a la vez siempre presente, el fallecimiento de Juan Miguel Villar Mir implica la desaparición de uno de los hombres clave de la escena económica y empresarial del siglo XX en España. El fundador de la saga inmobiliaria falleció el sábado 6 de julio debido a un fallo multiorgánico relacionado con sus problemas de riñón, como adelantó El Confidencial. Con él desaparece un hombre de currículo brillante, que supo aprovechar las oportunidades que tuvo a su disposición, muy bien relacionado y máximo exponente de esa burguesía madrileña que anidaba en Puerta de Hierro entre semana y el fin de semana trataba de negocios en alguna montería.

Estos días se ha escrito mucho sobre su perfil empresarial y político, casi inabarcable. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, de la que llegó a ser doctor tras ser el número uno de su promoción, en la Transición aceptó ser vicepresidente tercero del Gobierno para Asuntos Económicos y ministro de Hacienda durante el mandato de Carlos Arias Navarro (tras varios ofrecimientos de Franco). Nacido el 30 de septiembre de 1931 en Madrid, Villar Mir también era licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y diplomado en Organización Industrial por el Economic Development Institute de Washington.

Ya con 55 años se reincorporó al sector privado al comprar Obrascón por una sola peseta a Altos Hornos de Vizcaya. Fue la primera piedra de un holding de construcción (Obrascón se fusionó más tarde con Huarte y con Laín) que después se diversificó en los negocios de fertilizantes, energía y siderometalurgia, con el que llegó a facturar más de 5.000 millones en su época de esplendor. El Grupo Villar Mir tenía presencia en más de 30 países. Paralelamente siguió con una sólida formación intelectual que le llevó a ganar por oposición dos cátedras e incorporarse como Académico de Número a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y también a la Real Academia de Ingeniería y a la Real Academia de Doctores de España.

placeholder Silvia de Fuentes y Villar Mir saludan a los Reyes. (Gtres)
Silvia de Fuentes y Villar Mir saludan a los Reyes. (Gtres)

Juan Miguel era hijo del militar Juan Villar Lopesino y de la pianista Carmen Mir y Fernández de Losada. Una familia de sólidos valores religiosos (“Lo más importante en la vida tiene que ser Dios. Luego, la familia y, después, el trabajo”, declaró en una entrevista en 2017 en la Revista Misión) que creció al albur del régimen. Su padre, Juan Villar, volvió como pudo a la Zona Nacional tras pillarle el estallido del conflicto en París. "Incorporado a la Zona Nacional, fue muy cercano al general Aranda, organizando con él la defensa de Oviedo y participando luego como Jefe de Operaciones del Cuerpo de Ejército de Galicia en buen número de batallas [...] Trasladado a Madrid, fue Secretario Técnico y Jefe de Estudios del actual CESEDEN, redactando buen número de textos sobre táctica militar. Aranda era, como Juan Villar Lopesino, un monárquico convencido, y en varias ocasiones le indicó a Franco que había hecho una gran labor por España ganando la Guerra Civil pero que su obligación era restaurar ya la Monarquía en la persona de Don Juan III. Franco se mostró muy disgustado con estas presiones, encerró a Aranda en un castillo en Menorca y a Juan Villar Lopesino le desposeyó de su carrera militar", se lee en la biografía de Juan Miguel Villar de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Ese sentimiento monárquico continuó en la siguiente generación. Juan Miguel Villar Mir mantuvo una relación de respeto y cariño por el rey Juan Carlos, con el que pasó muchas jornadas de caza. En febrero de 2011, siendo ministro Francisco Caamaño, el padre de don Felipe quiso mostrarle su "real aprecio" y le otorgó el título de marqués de Villar Mir para él y sus sucesores por "la destacada y dilatada trayectoria de don Juan Miguel Villar Mir, al servicio de España y de la Corona". Ahora será su primogénito, si así lo solicita, quien herede esa dignidad.

"Somos muy felices juntos"

Juan Miguel Villar Mir, que tuvo dos hermanos (Juan José y la periodista Carmen Villar Mir de Berg, mítica corresponsal en Suecia para ABC), encontró a su compañera de vida en Silvia de Fuentes Bescós. La suya fue una gran historia de amor. La conoció en Fuenterrabía, durante un veraneo, y se casaron en 1958. Villar Mir se declaraba enamorado de ella como el primer día. Juntos tuvieron tres hijos: Juan, Álvaro y Silvia.

"¿De qué forma ha influido su esposa en su éxito profesional y en esa felicidad de la que antes hablaba?", le preguntaban en 'Misión' en 2017. "Tengo la suerte de tener a mi lado a una esposa encantadora, Silvia. He puesto un busto suyo en el despacho para tenerla siempre presente. Llevamos casados 'solo' 57 años, y en ese tiempo, hablando con propiedad, no hemos tenido ni una discusión seria. Nos queremos mucho, somos muy felices juntos y tenemos tres hijos y siete nietos que nos dan muchas satisfacciones. Para trabajar con eficacia, es necesario tener paz en el hogar. De hecho, en el mundo de las grandes responsabilidades –salvo excepciones–, los solteros y los divorciados están menos valorados. Tener un matrimonio estable ayuda a tener un comportamiento estable. Hay que ser feliz en la familia para poder ser eficaz fuera de casa". Solo compartió su amor con el Real Madrid, del que fue vicepresidente.

placeholder El empresario entregando un trofeo de golf a Cameron Beckman. (Getty)
El empresario entregando un trofeo de golf a Cameron Beckman. (Getty)

El empresario era muy familiar y ninguno de los hijos se alejó nunca demasiado de la casa familiar de Puerta de Hierro, que con 2.600 metros cuadrados construidos contaba con distintos espacios para todos ellos. La familia siempre veraneó en Sotogrande, donde el empresario llegó a tener varias embarcaciones. El Blue Eyes of London, símbolo de su esplendor económico, fue el más mítico, con capacidad para 12 invitados y 14 tripulantes. El buque, propiedad de una de sus sociedades, fue vendido en 2020 por un precio superior a los 20 millones de euros netos. Con ese ingreso se solventaron las deudas financieras del Grupo Caiz, la gran matriz de todos sus negocios.

Dedicada formalmente a la cría de ganado bovino y la producción de leche, Compañía Agrícola Inmobiliaria Zaragozana Caiz era en realidad la matriz de los negocios y propiedades rústicas y navales del desaparecido empresario. En el último balance de cuentas, el holding declara un patrimonio de 175 millones de euros. Según publicó el diario 'El Mundo', en 2019, el empresario gestionaba a través de esta sociedad su finca Dehesa del Carrizal, en Retuerta del Bullaque, donde también se encuentra una de las bodegas más selectas de España. "La propiedad tiene a su nombre dos cotos de caza con 2.791 hectáreas e incluye una granja cinegética en la que cría jabalíes, ciervos, gamos y muflones", explicaban.

En 2004 también adquirió la finca La Salceda, que fue propiedad de Mario Conde, donde actualmente se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto relacionado con las energías renovables.

La colección de arte

En un artículo publicado por La Tribuna de Ciudad Real publicado durante la pandemia, el diario local ensalzaba la figura de los Villar Mir y de otros empresarios con fincas en la zona que daban empleo a los vecinos: "Otro de sus vecinos ilustres es Juan Miguel Villar Mir, propietario de La Salceda, finca de 2.800 hectáreas que perteneció a Mario Conde hasta 2004, y la Dehesa del Carrizal, destinada a la elaboración de vinos. 'Entre las dos suman alrededor de 80 puestos de trabajo vinculados con la agricultura, la ganadería, la caza y la bodega', subraya Miguel Ángel Villa para apuntar que 'el empresario madrileño y su familia acuden todos los domingos a misa cuando están en el pueblo'".

El empresario también atesoró con el tiempo, aparte de un excelente handicap, una nutrida colección de arte y algún capricho en forma de coches antiguos. Un patrimonio que no dudó en utilizar cuando la situación económica de su conglomerado se vio afectada por una deuda que no hacía más que crecer. Tal y como publicó en exclusiva El Confidencial en 2021, la familia madrileña tuvo que entregar buena parte de su colección de arte al Banco Santander por el impago de un crédito que llegó a alcanzar los 72 millones de euros. La entidad dirigida por Ana Botín se quedó entonces con obras de Rubens, Sorolla, Zurbarán, Goya o Murillo, que llegaron a alcanzar una valoración de más de 80 millones.

placeholder Juan Villar-Mir con Florentino Pérez en el último adiós a su padre. (Europa Press)
Juan Villar-Mir con Florentino Pérez en el último adiós a su padre. (Europa Press)

El Santander aceptó las obras como dación en pago con derecho a recompra. Gran parte de estas obras, gestionadas por el Fondo Cultural Villar Mir, estaban expuestas en la planta 52 de Torre Espacio, uno de los cuatro rascacielos situados al norte del paseo de la Castellana, construida por el propio 'holding' empresarial. En esa planta, donde Juan Miguel Villar Mir también contaba con una capilla, así como una pista de pádel y una piscina, el ingeniero mostraba sus joyas de la corona, cuya colección gestionaba su hija Silvia Villar-Mir de Fuentes.

En la revista antes citada, 'Misión', le preguntaban por la herencia que quería dejar a sus hijos: "Eso lo tendrán que contestar ellos. En mi caso, de mi padre no recibí herencia económica, pero sí un ejemplo excelente de buena educación, respeto a la palabra dada, cumplimiento de los compromisos, honradez… Y de mi madre, el cariño, el afecto y la ternura que deben dedicarse a los demás. Ese legado de honorabilidad, de honradez y de cariño es la herencia que más les servirá a los hijos en la vida. Si hay bienes económicos, bendito sea Dios, pero lo fundamental es el carácter".

"¡Yo confío mucho en la misericordia y en la gran caridad de Dios! Y confío en que reciba una cierta bienvenida cuando me presente ante san Pedro. En ese balance, creo que en mi atención directa a Dios y en mis rezos sacaría una nota aceptable, no brillante, pero considero que, en ese sentido, me ayudará el hecho de haberme esforzado durante toda mi vida por querer a los demás", dejó dicho.

Siempre discreto y a la vez siempre presente, el fallecimiento de Juan Miguel Villar Mir implica la desaparición de uno de los hombres clave de la escena económica y empresarial del siglo XX en España. El fundador de la saga inmobiliaria falleció el sábado 6 de julio debido a un fallo multiorgánico relacionado con sus problemas de riñón, como adelantó El Confidencial. Con él desaparece un hombre de currículo brillante, que supo aprovechar las oportunidades que tuvo a su disposición, muy bien relacionado y máximo exponente de esa burguesía madrileña que anidaba en Puerta de Hierro entre semana y el fin de semana trataba de negocios en alguna montería.

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