La duquesa de Alba, en pie de guerra

El miércoles por la tarde la duquesa de Alba aún no tenía conocimiento de que la Demarcación General de Costas había incoado un expediente contra su casa de Marbella. Según el escrito, parte de la construcción invade 32 metros de suelo público. Se trataría de un muro de piedra natural y obra sobre el que hay una valla metálica y zonas verdes, que en su día se levanto para proteger la intimidad de los habitantes de ‘Las Cañas’, de aproximadamente 24 metros de longitud. Hay también una puerta que antes daba directamente a la arena de la playa y tras le remodelación urbanística en la era Gil se convirtió en paseo marítimo.

En su día en la famosa entrada -que ahora Costas quiere derruir- colgó Eugenia un cartel donde pedía a los paparazzi que le dejaran 24 horas libres. Durante los veranos más mediáticos de la duquesita de Montoro -la ruptura con Fran o los romances con Colate y el hamaquero- este acceso privado no tenía nada que envidiar a la entrada del metro en hora punta.

Turistas, curiosos de todo tipo y condición más los reporteros fijos destacados en marbella y los que aparecían circunstancialmente formaban parte del paisaje habitual de esa zona. Como los chiringuitos que también quieren levantar y las palmeras del recinto de Las Cañas, que tampoco gusta a los encargados de vigilar la Ley de Costas.

Cayetana, que no está al tanto de todas las cuestiones legales porque para eso tiene a sus asesores, ha sido rápida y confirma que esa casa se construyo hace cuarenta años, que tiene todos los permisos y que incluso cuando se levanto el muro para evitar miradas indiscretas se solicitó la correspondiente licencia. La duquesa ya en pie de guerra tiene una semana para presentar sus alegaciones asegura a Vanitatis que “Todo está en orden como demostraremos”.

Al margen de estos conflictos territoriales Cayetana Alba continúa con su actividad social imparable. Por las mañanas se va de compras, visita alguna de su fincas, las tiendas de anticuarios, toma el aperitivo, almuerza con las amigas y por la tarde, después de la siesta, otra vez a pasear el tacón. Ayer mismo se trasladó junto a su íntima Carmen Tello hasta la plaza de Jerez para ver a Cayetano Rivera. En estos momentos es su el torero preferido. Nada se sabe del entrañable, que más que novio parece el hombre invisible.