Los secretos detrás del fenómeno de las joyas antiguas que fascina a novias y famosas

Si vas paseando por la calle y te detienes frente al escaparate de una joyería especializada en piezas antiguas, seguramente te quedarás fascinada. Su embrujo, su brillo y su diseño esconden ese 'algo' enigmático y especial que atrapa a cualquiera. Muy por encima de 'it bags' o de calzados virales, estas joyas son el nuevo objeto de deseo de las novias e influencers. "Son exclusivas e irrepetibles, no hay dos iguales. Se idearon en el pasado de manera artesanal y vuelven al presente como piezas únicas". Este es, según Pilar Lobato, fundadora de Joyas Antiguas Sardinero, el motivo por el que causan furor.

Natural de Santander, la empresaria es, en realidad, una visionaria. Hace casi 30 años que montó la enseña de joyas vintage y hoy compite entre los grandes de toda la vida. "Desde niña he visto las joyas en mi casa. A mi padre le encantaban y el hecho de regalar una era una tradición que se respetaba y materializaba en los momentos clave: el nacimiento de un hijo, una pedida de mano, un aniversario... Hoy todas esas tradiciones que yo contemplé en mi infancia vuelven a estar de moda", señala Lobato.

"Sardinero empieza en Santander. Cuando eres joven, es difícil poner nombre a un negocio. Mis padres viven en la playa del Sardinero, el icono de la ciudad, y pensé que sería el nombre idóneo", cuenta la empresaria para Vanitatis. A pesar de estudiar Derecho por consejo de sus padres, Lobato sabía que, tarde o temprano, encaminaría su carrera al universo 'vintage': "Empecé abriendo una pequeña tienda de antigüedades. Un espacio en el que los muebles y los objetos decorativos del pasado se entremezclaban con una vitrina de joyas. Enseguida me di cuenta de que el 80% de las ventas provenían de esa vitrina y me centré únicamente en las joyas".

Un muestrario que, aunque inició con piezas contadas, ha terminado por invadir tres tiendas ubicadas en Santander, Bilbao y Madrid. "El groso de nuestras colecciones se nutre de viajes que hago a Sudamérica: Chile, México, Argentina, Perú... Así empecé a nutrir los escaparates, buscando y encontrando joyas cada dos meses. Viajaba muchísimo y el boca a boca me ayudó a expandir la marca. Fue entonces cuando las llamadas desde distintos puntos de España no cesaban. Una herencia de Valencia, una venta en Galicia... y así Joyas Antiguas Sardinero cogió forma y se consolidó".

Por increíble que parezca, todas y cada una de las joyas que Pilar Lobato vende en sus tiendas son rescatadas. "La joya antigua es de alguien y tienes que pagar por ella"; es decir, no diseñan. "Compramos y vendemos joyas de época. Podemos reformar o cambiar alguna cosa, pero no diseñamos piezas nuevas. Nuestra especialidad son las piezas antiguas de época". Tal y como ella nos señala, son bien pertenecientes a la oleada del art déco, la etapa más corta de la historia de la joyería comprendida entre el 1920 al 1929 y que, en la práctica, es la más preciada por los expertos, o bien joyas estilo, que son piezas que forman parte de un revival importante que se fabricó en la década de los 50 y en la de los 80.

Recuperadas las tradiciones familiares con la joya en el epicentro, la fiebre por capturar las joyas antiguas es bestial: "Son un fenómeno porque son irrepetibles. Iguales, exactamente iguales, jamás encontrarás dos. De la época en la que provienen, su fabricación era manual. Hoy en día, todo lo que se vende es troquel, y no dejan de ser fantásticas, pero no tienen nada que ver. Antes, todo se hacía a mano. No existía una exhibición en las joyerías, los matrimonios iban, se dibujaba sobre papel y se mandaba al taller. Ser dueña de una joya así es ser dueña de una pieza exclusiva".

Con esta premisa, invertir en una joya antigua es y siempre será una buena idea: "Su uso es cíclico. Puedes comprar unos pendientes o una sortija ahora, ponértela en los próximos meses y después guardarla en el joyero. Pasarán años, lo abrirás y al ver las piezas pensarás: 'Qué bonitas son y qué buena compra hice'. No tienen fecha de caducidad y son una herencia eterna".

En su boom, influye de manera directa la predilección de ciertas influencers o famosas por estas joyas. Hablamos de nombres como la presentadora Cristina Pedroche, quien lució uno de los colgantes más codiciados de la firma en nuestra fiesta Vanitatis; la modelo Mar Saura, la actriz Blanca Suárez o las prescriptoras de moda Marta Lozano, María y Marta Pombo, Teresa Andrés Gonzalvo y María García de Jaime.

"Es cierto que para determinados eventos les prestamos las joyas, pero ellas también vienen a las tiendas y compran. En el caso de la familia Páramo, son clientes míos desde hace 20 años y su hijo, el creador de contenido Tomás Páramo, ha heredado de sus padres ese gusto por regalar joyas". Por soñar, Pilar Lobato imagina que, un día, una de sus joyas antiguas se cuelen en el increíble y costoso joyero de Georgina Rodríguez: "Tiene una colección espectacular y me encantaría que ella luciese nuestras piezas".

En su muestrario, los diamantes en talla brillante son los más codiciados: "Todo el mundo quiere tener uno. ¿Imperdibles? Un solitario y unos pendientes".

También para las novias que pronuncian el 'sí, quiero'. "Sus piezas preferidas son los pendientes largos con brillantes engarzados". Una relación, novia-joyería, que normalmente se inicia con la pedida de mano: "El novio viene acompañado de su madre o de su hermana, y es él quien elige el anillo de compromiso. Después, regresan juntos y la novia se enamora de otras piezas". En este contexto, Lobato apunta a un cambio de estilo: "Se nota una clara vuelta a los años 80 y ahora las novias, así como las diseñadoras nupciales, apuestan por piezas en oro amarillo alejadas del platino y el oro blanco. Es la tendencia en joyas del momento".

Novia o invitada, la joya antigua es, en palabras de la experta, la guinda que remata cualquier look. "La joya no puede ser excesiva, ni tampoco puede ser lo prioritario del atuendo. Sí que tiene que ser un complemento, un complemento que vaya acorde con todo, en pocas palabras: el que da equilibrio al conjunto. Por ejemplo, un vestido espectacular, pero sencillo, de noche, con una joya cambia por completo. Ese es el punto".

Como ellos, hay otras firmas, pero su diferencia -y, por ende, uno de los secretos de su éxito- la marca el extra que ofrecen a sus clientes: "Con cada joya entregamos un certificado de la pieza especificando los quilates, el tamaño de las piedras, su origen, su época... No falta detalle".

Un encanto que fascina, enamora y embruja a quien está frente a las joyas. Que te hace viajar en el tiempo, volver al pasado y dejarte embriagar por la esencia de otras épocas. Una joya que regresa del pasado y que es para toda la vida.