A qué hora hay que cenar en verano si se quiere adelgazar, según los expertos

A lo largo de los últimos años se ha investigado mucho sobre la importancia de la crononutrición. Una rama donde no solo importa lo que se come, sino especialmente cuando se come. Así, expertos como Pablo Ojeda han desvelado cómo funciona esta materia donde la cronobiología se fusiona con la nutrición. Por ello, el nutricionista Pablo Ojeda ha hablado en varias ocasiones de cómo esta materia trata de adaptar la ingesta de alimentos a los momentos del día en que el cuerpo es más receptivo.

Bajo la premisa de adaptar la ventana metabólica a cada situación, la crononutrición también debe adaptarse a los diferentes momentos personales y vitales de cada persona. De ahí que, si en verano cambian los ritmos, los hábitos alimentarios también puedan adaptarse a eso. Una forma de incentivar que la constancia y regularidad en la vida saludable.

Así, aunque la idea de cenar pronto sigue siendo clave para la mayoría de los expertos, esta se puede flexibilizar en verano. Los días son más largos, se puede acostar uno más tarde durante las vacaciones... Es decir, si la hora perfecta para cenar es alrededor de dos horas antes de irnos a dormir, en la época estival esto podría retrasarse ligeramente.

Sin embargo, sí se debe tener en cuenta que lo ideal es no hacerlo más allá de las 9:30 de la noche. Aunque en verano, de esta franja de entre las 19 horas y las 21 horas recomendada habitualmente, se retrase. Respecto a los beneficios de cenar temprano, los expertos avalan sus virtudes para la salud. No solo para mejorar la digestión y optimizar el metabolismo nocturno, sino que también se fomenta la quema de grasas y la resistencia a la insulina y la regulación de los niveles de glucosa. Lo que resulta especialmente importante si se busca perder peso.

La hora de Harvard para cenar

Unas palabras que confirman estudios como el publicado por la Universidad de Harvard, donde se ponía también de relevancia el papel de cumplir con esta idea la mayor parte de los días posibles. Es decir, manteniendo una rutina horaria. Así, aunque de normal se vea como la hora más indicada las 7 de la tarde, según el prestigioso centro universitario, este debe adaptarse a cada individuo.

Lo que sí resulta importante, no solo para adelgazar, sino como parte fundamental de una cena saludable, es cómo se cena. Es decir, más allá de los platos en sí, que deben ser saludables y más ligeros que en la comida, es muy beneficioso crear un ambiente relajado y evitar el uso de dispositivos electrónicos.

La nutricionista y divulgadora María González Pacheco lo reveló en sus redes sociales: "Establecer una rutina de cena sin distracciones ayuda a ser más consciente de lo que se come y a disfrutar más de la comida". Unos hábitos para mejorar la cena que en verano pueden sumarse a otras recomendaciones como los beneficios de cenar al aire libre, disfrutando de planes en la naturaleza, una terraza, la playa o en un parque.

Expertos como Jean-Luc Riehm, licenciado en Actividad Física y del Deporte, alabó en 'Cuídate +' sus beneficios para reducir la fatiga mental, combatir la ansiedad o mejorar la calidad del sueño. Lo que a su vez hará que se active el metabolismo, haciendo que se favorezca la pérdida de peso. Aunque, ante cualquier duda sobre los hábitos alimentarios o posibles cambios nutricionales, lo mejor siempre será contar con el asesoramiento y guía de un profesional sanitario o nutricional.